TATUAJES FALLIDOS
Al lado de bares y discotecas,
han abierto en los últimos años decenas de estudios de tatuaje. La mezcla del
alcohol con el deseo de llevarse un recuerdo en la piel, deja resultados no
deseados.
Un viaje relámpago a
Magaluf puede convertirse en una pesadilla para toda la vida. Hay quien después
de una noche de borrachera se despierta con tatuajes como el rayo de Harry Potter tatuado en la frente. Y los hay peores.
El alcohol hace
desaparecer el miedo a las agujas y también olvidar que hicimos la noche
anterior. Parece que lo de tatuarse en plena juerga alcohólica se ha convertido
en un rito de iniciación para muchos jóvenes.