PEDERASTA DE CIUDAD LINEAL
La fiscal del juicio contra el presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz, ha afirmado que existen "numerosas y contundentes" pruebas que acreditan de manera "incuestionable e indiscutible" que Antonio Ortiz es el autor de las agresiones sexuales cometidas entre septiembre de 2013 y 2014, aludiendo sobre todo al relato "certero" de las víctimas. Así lo ha aseverado de forma contundente la representante del Ministerio Fiscal Pilar González en la exposición de su informe de conclusiones definitivas.
Hace unos días, ya anunció que mantenía su solicitud de 77 años de prisión para Ortiz por cuatro delitos de agresión sexual, cuatro secuestros y un delito de lesiones. Las acusaciones piden penas de 126 años de cárcel, mientras el abogado defensor su libre absolución.
Hasta ahora, Ortiz nunca ha declarado sobre lo sucedido. Tal vez lo haga en su turno a la última palabra, que será este miércoles o el próximo jueves antes de que el juicio quede visto para sentencia.
A escasos metros, el presunto agresor sexual ha escuchado atento su exposición, en la que ha hecho una descripción detallada de cómo sucedieron los hechos los días 24 de septiembre de 2013; 10 de abril de 2014; 17 de junio de 2014 y 22 de agosto de 2014. Así, ha pormenorizado los detalles del secuestro y de las horas sucesivas, sin hablar específicamente de lo que las hizo.
También ha expuesto los tratamientos a los que fueron sometidas para evitar enfermedades venéreas y que muchas de ellas sufrieron estrés postraumático como consecuencia de los hechos.
Al contrario que las acusaciones, la fiscal ha dado por acreditado que Ortiz suministró a las pequeñas pastillas, si bien ha indicado que no está comprobado que hubiera una intoxicación farmacológicas, algo que sí aprecia el resto de abogados.
La fiscal Pilar González ha detallado cómo fueron sustraídas bajo el engañó de que quería gastar una broma a los familiares de las niñas y ha destacado que da validez al relato de las pequeñas, destacando el testimonio de la menor agredida en abril. Esta pequeña hizo un croquis que describía con exactitud el piso de Santa Virgilia, donde se cometieron algunas de las agresiones. Gracias a sus datos, la Policía dio con la vivienda.
También ha querido defender la legalidad de que la secretaria judicial se quedara afuera durante las catorce horas que duró el registro del piso franco, ya que se hizo conforme al protocolo de actuación para evitar que se contaminaran la multitud de pruebas que había en la vivienda, propiedad de la madre y desocupada por aquellas fechas.
Además, se ha referido a las pruebas de cargo relativas a los informes periciales que certifican que el ADN del acusado estaba presente en la ropa interior de al menos tres de las niñas. También se halló una huella de pisada en una baldosa del piso de Santa Virgilia que correspondía a la zapatilla de la menor agredida en abril de 2014.