Coronavirus
A estas alturas de curso, lo habitual sería que padres y madres ya hubieran recibido alguna nota alertando de contagios de piojos en clase de sus hijos. Este año con el coronavirus no está siendo así.
Con menos pequeños por clase, y menos contacto físico, estos parásitos poca oportunidad de propagarse tienen. Eso ha hecho que en centros de tratamiento pierdan hasta un 50% de su clientela infantil, y su facturación haya caído desde marzo un 35%. Aun así, los piojos no se han extinguido y afectan sobre todo a los adolescentes.
"Los adolescentes están siendo un foco de infección y sirve como indicador de que el distanciamiento social no se está cumpliendo porque los piojos ni saltan ni vuelan", nos explican desde un centro de tratamiento.
El descenso de la venta de productos para tratar la pediculitis que constatan las farmacias se ha convertido también en una prueba de la eficacia de la distancia social.