Segovia
Los vecinos de Lastras de Cuéllar, en Segovia, llevan seis años sin agua potable. Al principio salía del grifo agua con arsénico, y ahora agua con nitratos". Los vecinos solo pueden beber agua embotellada que reparte el Ayuntamiento cada semana.
En protesta por esta situación han colgado botellas de plástico de los balcones y están decorando todo el pueblo con ellas. Los vecinos se ven obligados a lavarse los dientes, las manos e incluso las verduras con el agua embotellada.
En estos seis años han perdido el 22% de su población, en parte porque no hay agua potable. Los vecinos explican que la solución estaría en los manantiales, con ellos desecharían 11.000 botellas que utilizan plástico al mes. Un despropósito ecológico y humano.