Coronavirus
La llegada del coronavirus ha provocado una perspectiva diferente a cómo se miraba la vida. Ahora y gracias a la desescalada se fomenta el uso de la bicicleta para salir durante una hora al día o porque las ciudades retiran carriles de tráfico para conseguir una movilidad segura en cuanto a distancia.
En distintos países, la bicicleta se está perfilando como una de las alternativas más seguras y eficientes. Los fabricantes son conscientes de la preocupación de los usuarios por su integridad física. Por ello, han decidido crear innumerables dispositivos para mejorar la seguridad y la comodidad de los ciclistas.
Este tipo de bicicleta es la smart-bikes. Se trata de modelos electrónicos con varias funciones como controlar la hora, la velocidad media o los kilómetros que has hecho.
Además de tener todas esas novedades se incluyen otras para dar visibilidad al ciclista, como los sistemas integrados de Sistema Antibloqueo de Frenos (ABS). El objetivo es dar visibilidad al propio ciclista y a su seguridad.
La comodidad juega un papel importante ya que, en ciudades como Madrid, son un tanto incómodas. Gracias a las smart-bikes, se consigue subir una pendiente sin necesidad de hacer esfuerzo.
El único problema de la bicicleta inteligente es el precio. Estos oscilan entre los 2.000 euros y los 6.000 euros. Frente a las biclicletas tradicionales, no salen asequibles.
Aun así, algunos países como Italia están aprobando ayudas de hasta 200 euros para promover este tipo de vehículo. Lo que tendría como beneficio mantener esa reducción de contaminación que provoca el coronavirus y el confinamiento.