Tráfico de órganos
El Tribunal Supremo tumba esa sentencia y ordena se repita el juicio. Cinco hombres se han sentado en el banquillo, están acusados de ofrecer dinero a personas necesitadas para que donasen parte de su hígado.
Ni el político libanés Hatem Akouche ni su hijo, también acusado, han querido contestar a las preguntas de los periodistas que esperaban a la salida de la Audiencia Provincial de Valencia.
En 2013 Akouche llega a España con la intención de conseguir el trasplante de parte de un hígado. El Fiscal de siniestralidad laboral de Valencia señala: "que el acusado llego a España ya que vio facilidad en conseguir un trasplante".
Ayudado por su hijo y algunos familiares, intentó, según los investigadores y fiscalía conseguir un hígado de un donante a cambio de dinero o trabajo. El Fiscal indica que había sospechas de que la relación de los donantes no fuera ni familiar ni por amistad sino a cambio de dinero.
Los supuestos donantes se presentaron en varios hospitales para poder realizar el trasplante, pero los centros sospecharon. En nuestro país solo las donaciones altruistas entre vivos son las únicas permitidas. El fiscal señala que lo intentaron en Pamplona y Barcelona, pero no lo consiguieron.
Esta es la segunda vez que se sientan en el banquillo, la primera fue en 2019 y fueron absueltos al reconocer el delito. Pero el Tribunal Supremo tumbó la sentencia ya que estima que la Organización Nacional de trasplantes es la perjudicada. Y el juicio se tiene que repetir.