Violencia de género
Una jueza de Ferrol acaba de condenar a un hombre por amenazar a una mujer, a través de Instagram, con hacerle lo mismo que a la víctima de “La Manada”. La sentencia del Juzgado de Instrucción Número 1 impone al acusado, vecino de A Coruña, una sanción económica de 360 euros y le prohíbe acercarse a la demandante, residente en Ferrol, a menos de 200 metros durante un período de tres meses. Además de la orden de alejamiento físico respecto de la mujer, la condena especifica que el hombre no podrá comunicarse con ella por ningún medio.
El hombre había creado un perfil con datos falsos
Según el relato de los hechos reflejado en la sentencia, el acusado y la víctima se conocieron a través de Instagram en septiembre del año 2019. En su perfil, el hombre utilizaba datos falsos respecto a su identidad, edad, profesión y lugar de residencia. Su fotografía tampoco se correspondía con su imagen real. En esta relación llegaron a intercambiar mensajes mediante Whatsapp pero nunca llegaron a encontrarse en persona.
El conflicto se desata el día que la mujer decide publicar en Instagram una fotografía en la que se la veía disfrutando de una fiesta con unas amigas. En ese momento, el procesado reacciona al instante. Llama de inmediato a la mujer para mostrar su enfado por la imagen publicada y porque ella no le responde al teléfono. La afectada le pide entonces que la deje tranquila y le bloquea en su terminal.
La víctima empezó a recibir amenazas en redes sociales
Éste es el punto de inflexión. El condenado pasa a la acción y comienza a enviar a la mujer diferentes solicitudes de amistad desde otros perfiles, en los que oculta su verdadera identidad pero mantiene las fotos. Remite además los siguientes mensajes de texto por lo que ahora ha sido condenado como autor de un delito leve de amenazas: "Te vamos a comer...como La Manada", "primero uno", "después otro", "y otro y otro".
La titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Ferrol considera comprobado que los mensajes pertenecen al acusado. Entiende que "representa un peligro para la denunciante” y establece la condena a pagar la multa de 360 euros y la prohibición de aproximarse a la víctima, cualquiera que sea el lugar en el que se encuentre.
Maite Pereira, abogada de la demandante, aplaude la sentencia, ya que estima que las amenazas a través de Instagram tienen “la entidad suficiente como para decretar una orden de protección a favor de la víctima". Confía además en que sirva de base para futuras acciones, ya que el condenado se enfrentará a nuevas denuncias por parte de la afectada, a la que continuó llamando con amenazas en las semanas posteriores.