TRAS LEVANTARSE EL SECRETO DE SUMARIO

El juez plantea la posible prescripción de los abusos a menores de sacerdotes de Granada

El juez de Granada ha concedido a las partes diez días para que, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido hasta que se interpuso la denuncia, informen sobre la posible prescripción de cada uno de los hecho atribuibles a cada imputado, y así delimitar la continuación del proceso. Los cuatro arrestados fueron el padre Román, considerado cabecilla del grupo y el único que tuvo que hacer frente a una fianza para quedar en libertad con cargos, además de otros dos sacerdotes y un profesor de Religión.

El juez de Instrucción 4 de Granada, Antonio Moreno, ha levantado el secreto de sumario que pesaba sobre la investigación de supuestos abusos sexuales a menores por parte de doce imputados, la mayoría sacerdotes, en un auto en el que plantea la posibilidad de que algunos de los delitos hayan prescrito.

En el auto, el juez concede a las partes un plazo de diez hábiles a fin de que, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido hasta que se interpuso denuncia, informen sobre la posible prescripción de cada uno de los hechos atribuibles a cada imputado para así delimitar la continuación del proceso. Para el instructor, los hechos son susceptibles de infracciones penales por comisión de delitos contra la libertad e indemnidad sexuales, en sus formas de agresiones, abusos o exhibicionismo. También considera que serían aplicables las agravantes de prevalimiento, con diferentes grados de autorías a través de una participación necesaria, cooperación o encubrimiento, e imputables a doce personas -dos de ellas seglares-, de las que cuatro fueron detenidas en su día y puestas luego en libertad con cargos.

Los cuatro arrestados fueron el padre Román, considerado cabecilla del grupo y el único que tuvo que hacer frente a una fianza -fijada en 10.000 euros- para quedar en libertad con cargos, además de otros dos sacerdotes y un profesor de Religión. El juez subraya en el auto la "gran trascendencia y gravedad" de los hechos porque los implicados son "representantes de confesión religiosa", que "lejos de ser garantes de los principios religiosos proclamados por dicha confesión y su más Alto signatario, indiciariamente se podrían haber convertido en sus transgresores".

Las partes personadas en la causa han valorado el levantamiento del secreto de sumario de esta causa de 1.600 folios, que durante la fase de instrucción el juez ha llegado a prorrogar por dos veces. Para la defensa del padre Román y de otros tres de los imputados -los dos sacerdotes y el profesor de Religión que fueron detenidos junto a aquél-, del auto judicial no se desprende nada que no le permita seguir manteniendo la inocencia de todos ellos.

Por contra, para la asociación Proderechos del Niño Prodeni, personada como acusación popular, parte de los delitos apuntados por el juez, como la agresión sexual grave, no habrían prescrito, según ha considerado su presidente, Juan Pedro Oliver. También se ha pronunciado Jorge Aguilera, abogado del joven de 24 años que con su denuncia motivó la investigación de los supuestos abusos, que no ha querido avanzar la decisión que tomará sobre la posible prescripción de algunos delitos hasta que no estudie con detenimiento la causa.

En el auto, el juez relata los hechos en relación a los dos denunciantes, así como los declarados por dos testigos cuyo testimonio, señala, podrían ser constitutivos de infracción penal. En cuanto al primer denunciante, un joven supernumerario del Opus Dei que hoy tiene 24 años y cuya denuncia dio origen de la investigación, dice haber sido víctima de continuados o permanentes abusos sexuales por un grupo de sacerdotes de la diócesis de Granada desde el 2004, cuando tenía 14 años, y hasta el 2007, con 17 años.

Este joven puso inicialmente los hechos en conocimiento de la Fiscalía el pasado octubre tras recibir en agosto la llamada del papa Francisco, quien le pidió perdón en nombre de la Iglesia al leer el escrito que le envió relatando los hechos. En el transcurso de esos años hubo supuestamente masajes, masturbaciones y agresión sexual hacia la víctima, a quien los miembros del grupo, que se exhibían desnudos en la piscina, ponían películas pornográficas diciéndole que era algo "normal".

El segundo denunciante ejerció también de monaguillo para el padre Román, que lo invitaba a merendar los domingos a una casa del barrio del Zaidín junto con el grupo de sacerdotes y laicos, quienes se besaban entre sí, lo que justificaban en que eran como una "familia" y el principal encausado como "un padre cercano". Al igual que los dos testigos a los que alude el juez, relata episodios de tocamientos y exhibicionismo por parte de los curas.

El levantamiento del secreto de sumario ha coincidido con la visita que realiza estos días el arzobispo de Granada, Javier Martínez, al Vaticano, donde ha concelebrado una misa en la Residencia Santa Marta "por invitación expresa del papa Francisco", según el Arzobispado, que ha mantenido su confianza y respeto en la actuación de la justicia y ha confiando en que "se sepa la verdad".

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