RECONOCIÓ LOS HECHOS
Los hechos ocurrieron en torno a las 2.00 horas del domingo, cuando un vecino de un bloque de viviendas situado en el número 4 de la calle Benissa, en el barrio Virgen del Carmen de Alicante, alertó a los bomberos de que se oían "maullidos" que procedían de las bajantes de aguas comunitarias, pensando en un principio que podría tratarse de un gato atrapado.
Tras una rápida intervención tanto de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía como del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Alicante, se percataron de que los maullidos no eran sino los llantos de un recién nacido, con lo que procedieron al rescate del niño, un varón de 2,10 kilos de peso que estaba envuelto en bolsas con un agujero para poder respirar.
El bebé, que incluso tenía aún el cordón umbilical, fue trasladado por el SAMU en estado grave a la Unidad de Neonatos del Hospital General de Alicante, donde este martes permanece en estable ingresado en la UCI neonatal, según han informado a Europa Press fuentes del centro sanitario.
De la investigación de los hechos se pudo determinar que, en uno de los domicilios del edificio vivía una mujer de 26 años que se encontraba en avanzado estado de gestación, quien se hallaba ingresada desde el viernes en el Hospital General de Alicante tras manifestar haber sufrido un aborto en su domicilio. La mujer, tras ser informada del motivo de su detención, reconoció de forma espontánea los hechos, dijo que no deseaba tener el bebé y que no disponía de dinero para abortar, según las mismas fuentes.