TRAS UN MES ILOCALIZABLE
Juana Rivas, que la semana pasada acató finalmente la orden judicial que la obligaba a entregar a sus dos hijos a su expareja, Francesco Arcuri, tras un mes en paradero desconocido, ha llegado a los juzgados de Granada para declarar como investigada por la presunta sustracción de los menores.
Con algo más de media hora de retraso sobre la hora prevista -había sido citada a declarar a las 11.00 horas-, Juana ha llegado acompañada de sus abogados y de su hermana Isabel, mientras que minutos más tarde ha accedido también a la sede judicial su padre. Aunque ha eludido hacer declaraciones a los periodistas, ha respondido que "no" a la pregunta de si había tenido contacto con sus hijos.
El Juzgado de Instrucción número 2, encargado de la causa penal que se sigue contra esta madre de Maracena (Granada), citó a Rivas después de que el pasado 28 de agosto entregara ante la Guardia Civil a sus dos hijos, de 3 y 11 años, quienes ya se encuentran en Italia con su padre, que fue condenado en 2009 por lesionarla y al que Juana denunció por maltrato en julio de 2016.
La comparecencia judicial de Juana Rivas tiene lugar tras la prestada la semana pasada por su entorno: dos técnicas del centro de la mujer de Maracena (Granada) y sus padres y hermanos, que también están siendo investigados por la jueza como posibles inductores o cooperadores necesarios por la sustracción de los menores.
Se trata de la segunda vez que Rivas comparece por este asunto ante un juez después de que ya lo hiciera el pasado 22 de agosto en el juzgado de guardia, que la dejó en libertad provisional. En aquel momento celebró poder regresar a casa con sus hijos, pero días después, el 28 de agosto, los entregó ante la Guardia Civil en cumplimiento del ultimátum fijado por la jueza de Instrucción número 2 que instruye la causa, la misma que ahora la ha citado a declarar por la presunta sustracción de los menores y desobediencia a la justicia.