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Los jóvenes españoles comienzan a beber alcohol cada vez más temprano, la media está ahora en los 13 años

Según los datos del Plan Nacional de Drogas, el consumo de alcohol de los jóvenes es frecuente. La edad media a la que se empieza a consumir alcohol ha llegado a los 13 años en España, algo que conlleva consecuencias graves para los adolescentes y sus entornos.

Consumo de alcoholIstock (Archivo)

Los 13 años es la edad media de consumo de alcohol entre los jóvenes. Entre los 14 y los 18 años, se estima que al menos 7 de cada 10 ha consumido alcohol en algún momento y más de la mitad de ellos, lo ha hecho en cantidades considerables.

El alcohol está presente en las actividades de ocio y entretenimiento entre los jóvenes, por eso es habitual que se inicien en el consumo de alcohol o de alguna sustancia estupefaciente en los periodos vacacionales, como por ejemplo el verano. Disponer de más tiempo libre, hacer nuevos amigos y acudir a diversos festejos, aumentan las probabilidades de consumir bebidas alcohólicas. 6 de cada 10 adolescentes confirma haberse emborrachado alguna vez en su vida y 1 de cada 3 afirma haberlo hecho en los últimos 30 días.

Hay diferencias entre el consumo de alcohol por sexos, ya que son las chicas quienes, según los datos, se emborrachan más que los chicos, pero son estos quienes beben más. En cualquier caso, los motivos por los que justifican el consumo de alcohol son variados: según los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, el 71% de los jóvenes declara que consume alcohol por su sabor, el 63% dice que es por diversión y un 15% dice que lo hace para sentir nuevas emociones. Pero no todos los adolescentes consumen alcohol por actividades o motivos lúdicos, el 15% dice que lo hace para olvidar algún tipo de problema, mientras que el 14,6% asegura que es para superar la timidez.

Los jóvenes no creen en los efectos adversos

Son muchos lo jóvenes que consideran que el consumo de 5 copas en un día una vez por semana, no tiene efectos adversos para la salud de quien lo consume, pero lo cierto es que sí. Sí hay efectos adversos:

El primero de los efectos es que comenzar con el consumo de alcohol a una edad temprana puede generar dependencia una vez se llega a la edad adulta.

Produce también problemas de salud a nivel físico, psíquico y social, ya que las capacidades de los jóvenes no han terminado de desarrollarse en esas edades. El consumo habitual de bebidas alcohólicas disminuye la atención además de aumentar el tiempo de reacción y hace que sea mucho más difícil tener la capacidad para la toma de decisiones. Estudios científicos han podido demostrar que existe una relación entre el consumo de alcohol con los daños cerebrales entre los jóvenes.

También provoca que se produzcan actitudes violentas, alteraciones en las relaciones familiares y sociales y pueden ser motivo de embarazos no deseados o de contraer alguna ITS (Infección de Transmisión Sexual).

Los peligros del 'binge drinking'

Se trata de una práctica en la que el consumo de alcohol se produce en 'atracón', es decir, en un periodo de tiempo muy corto. Cuatro de cada seis estudiantes de edades comprendidas entre los 14 y 18 años, admite consumir 5 o más bebidas en un intervalo máximo de dos horas. La práctica del 'binge drinking' es la responsable de la mayoría de las borracheras e incluso comas etílicos que se producen en estos rangos de edad y es una actividad que no para de aumentar en España.

El 99,8% de los jóvenes que ha bebido en los últimos 30 días, lo ha hecho durante los fines de semana, mientras que poco más del 39% de reconoce hacerlo en días laborales. El 23% admite hacerlo todos los fines de semana.

Prevención

Una forma de prevención puede ser la creación de "espacios seguros" dentro de los hogares y núcleos familiares, en los que se trabaje una buena comunicación y los jóvenes sean capaces de expresarse sin que sean juzgados. Además, se recomienda que en estas conversaciones haya un refuerzo de la autonomía y la autoestima de los jóvenes.

Los psicólogos también recomiendan trabajar la asertividad dentro de la familia, para que los adolescentes sean capaces de decir que no en situaciones que lo requieran, como por ejemplo que alguien les ofrezca alcohol u otras drogas.