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Agresión sexual

Una joven de 23 años viola a un niño de 12 años con discapacidad en Almería

La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a la joven por realizarle tocamientos y penetrar al menor casi a diario con discapacidad intelectual, que era hijo de su amiga.

Niño de espaldasIstock (Archivo)

Cuatro años y siete meses de prisión. Es la pena a la que ha sido condenada una joven de 23 años por un delito continuado de agresión sexual con penetración a un menor de 12 años con discapacidad intelectual. La mujer, que también tiene un "retraso mental ligero" se dedicaba a cuidar a los dos hijos menores de su amiga cuando esta tenía que ausentarse de su domicilio en Roquetas de Mar (Almería).

La sentencia considera probado que la joven aprovechaba la ausencia de su amiga, madre de ambos menores, para abusar sexualmente del hijo varón que, además de tener un 42% de discapacidad reconocida, tiene un trastorno del espectro autista (TDA) y otro de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

De esta forma, mientras la hermana del menor dormía la siesta, la mujer "buscaba la intimidad" con la víctima a fin de bajarle el pantalón y realizarle tocamientos, llegándose a repetir esto "casi todas las tardes, de lunes a viernes", afirma la sentencia dictada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería.

Agresión sexual

Casi dos meses duraron los abusos sexuales, que sucedieron desde el mes de septiembre hasta finales del mes de octubre de 2021. De hecho, culminaron el día 26 de octubre cuando la joven, tras haber fumado hachís, desnudó por completo al menor y lo agredió sexualmente, llegando a mantener con él una relación sexual completa.

"Dichas conductas han provocado en el menor situaciones emocionales, físicas y conductuales y sintomatología compatible con las mismas, recomendándose tratamiento psicológico especializado", apunta la sentencia.

El texto considera clara y rotunda la declaración de la víctima que, a pesar de su "inteligencia límite", explicó los hechos "sin contradicción alguna, sin vaguedades y con espontaneidad". La versión de la víctima se vio corroborada por la declaración de su madre y de una amiga de esta, a quien en un primer momento el menor contó lo sucedido, así como por los informes realizados por las psicólogas que determinaron que el relato del menor era "creíble" y "compatible con violencia sexual".

Dos atenuantes

La sentencia señala que la acusada tiene reconocido un grado de discapacidad del 36% por la Junta de Andalucía. Esta circunstancia, junto al hecho de que la mujer se encontraba bajo los efectos de sustancias tóxicas en el momento de la penetración, "de forma muy leve mermó sus capacidades volitivas e intelectivas", apunta la sentencia.

Por ello, los magistrados han aplicado dos atenuantes, condenando finalmente a la joven a cuatro años y siete meses de prisión, junto a una orden de alejamiento de 500 metros respecto a la víctima durante seis años. La mujer también ha sido inhabilitada para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento durante cuatro años y para ejercer cualquier profesión u oficio que conlleve contacto regular y directo con menores de edad durante diez años.

Además, le ha sido impuesta la medida de libertad vigilada durante cinco años a partir de su salida de la cárcel, y el pago de una indemnización al menor agredido de 10.000 euros.

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