Pornografía
El autor del libro 'Tus hijos ven porno. ¿Qué vas a hacer?' ha alertado de los riesgos de Internet a la hora de educar a los adolescentes con pornografía violenta.
"La mujer es un trozo de carne a la que se le puede meter el pene por cualquier oquedad". Así ha advertido José Luis García Fernández, psicólogo clínico y sexólogo, sobre la concepción generalizada que se manifiesta en muchas películas porno de Internet y que cada vez influye con más frecuencia en la educación sexual de los jóvenes y adolescentes de España. Un informe de Save the Children titulado "(Des)información sexual: pornografía y adolescencia" confirma esta idea, pues la ONG expone que la mayor parte de los adolescentes cree que la pornografía es en muchas ocasiones violenta.
Internetes actualmente el origen de muchos casos de violencia sexual. Esto se debe principalmente a que si un adolescente ve un tipo de porno que resulta violento, tratará de copiarlo a la hora de practicar sexo. Es su único referente, por lo que ven "normal que un chico violente, agreda o veje a una mujer", expresa García.
Internet, el "manual de instrucciones" del porno violento
Por consiguiente, las experiencias son "traumáticas" para las chicas cuando el único "manual de instrucciones" es el porno violento que los adolescentes ven en Internet, empleado actualmente por un 92,9% de los niños entre 9 y 15 años, incrementado en las personas que tienen entre 16 y 24 años en un 99,1%, según Save the Children. Así, el uso desmesurado de las redes sociales y de Internet es el factor principal de esa educación sexual que reciben los menores, y que luego provoca casos de agresión o violencia sexual que suceden con regularidad en nuestro país.
Según este psicólogo clínico y sexólogo, la educación que se muestra a través del porno violento genera consecuencias de todo tipo, ligadas a la "adicción, alteraciones cerebrales, consumo de alcohol y drogas e inicio precoz de actividad sexual". Además, enseña a los que nunca han recibido ningún tipo de educación sexual a que "es fácil tener relaciones sexuales, que todas las chicas están deseando ser vejadas y violentadas y a que la violencia sexual es aceptable y deseable", algo que "no podemos aceptar bajo ningún concepto", denuncia García.
Esta concepción que José Luis manifiesta puede ser comprobada a la luz de los datos, puesto que un 52,1% de los jóvenes asegura que la pornografía influye luego en la forma con la que mantienen relaciones sexuales. Así, si un adolescente ve por primera vez un tipo de porno violento a través de Internet, tratará de ponerlo en práctica cuando tenga también sus primeras relaciones sexuales, puesto que no habrá conocido otro método.
El principal afectado por la violencia sexual de las películas porno: la mujer
Además, la forma con la que el contenido pornográfico es visualizado a través de las películas de Internet generan estereotipos y situaciones alejadas de la realidad. Y todo esto afecta si duda alguna a la mujer, que es la primera perjudicada por la violencia explícita, sufriendo "un listado interminable de parafilias que los chicos ven como normal".
¿Cuál es la solución para erradicar el porno violento?
García está convencido de que en la violencia sexual intervienen todo tipo de factores: "desigualdades sociales, ausencia de educación sexual, leyes laxas, consumo de pornografía violenta..", por lo que para ello, el especialista hace un llamamiento para concienciar a la sociedad de los peligros que surgen a raíz de esta problemática, aunque está seguro de que "la única solución es capacitar a los chicos para que sepan gestionar estos cambios que las pantallas han supuesto en su vida", dice.
Si los padres educan a sus hijos para "que ellos decidan que no vean películas sexuales violentas por el daño que les puede ocurrir", no se desarrollarán alteraciones ligadas a la violencia sexual, al mismo tiempo que resulta una "prioridad" formar a los profesionales en esta línea epistemológica.
La falta de control de los adolescentes a la hora de tomar sus decisiones cuando tienen relaciones sexuales es un fenómeno que se puede prevenir si se consigue dar información y una buena educación sexual a los mismos, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de la existencia una brecha informativa en cuanto a la legislación y a los servicios de salud sexual y reproductiva, pues no todos tienen el mismo acceso a estos medios.
Para combatir con todo esto, "no podemos permitir que nuestros menores construyan su sexualidad en base al modelo de las películas porno porque los riesgos son muy importantes", advierte José Luis.