Jornada escolar
¿Jornada escolar partida o continua? Cada uno tiene su propia opinión al respecto, pero vamos a explicar qué dice la evidencia científica que conviene más a los alumnos.
El mundo está dividido en personas búho y alondras. Los biorritmos de cada uno de nosotros nos hacen ser vespertinos o trasnochadores y eso afecta no solo a ese ratito extra que dejamos sonando el despertador, sino a cómo hemos de encarar el día que se nos presenta por delante.
En ese empeño, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, acaba de anunciar que de cara al próximo curso escolar, el de 2025-2026, todos los nuevos colegios públicos de Educación Infantil y Primaria que se construyan en la región también impartirán 1º y 2º de Educación Secundaria Obligatoria y tendrán jornada partida de manera obligatoria. Como era de esperar, las reacciones, como en botica, son para todos los gustos, pero ¿qué dice la ciencia al respecto? ¿Es mejor la jornada partida o la continua?
Desde que nacemos, nuestro reloj biológico trata de adaptarse al tic-tac que marcan las horas. Desde el hipotálamo, el reloj biológico controla la mayoría de los ritmos circadianos, respondiendo a la luz a través de la reducción de melatonina, o a la oscuridad aumentándola.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ya anteriormente avaló la postura de que la jornada partida ayuda a mejorar el rendimiento académico de los alumnos, reduce desigualdades y puede disminuir la tasa de abandono escolar temprano. Pero, si esto es tan rotundo, ¿por qué no se ha hecho antes?
Desde Antena 3 Noticias hemos hablado con la doctora Pilar Tirado Requero, neuróloga pediátrica del Centro Creciendo en Madrid, para intentar poner en orden el batiburrillo de argumentos que se están vertiendo de un lado y del otro.
"Si buscamos que los niños tengan una capacidad de concentración más homogénea, efectivamente la jornada partida ayuda porque el problema de la concentración es la fatigabilidad, es decir, no solo es poder concentrarnos en algo, sino mantener la concentración. ¿Qué ocurre? Que conforme va pasando el tiempo, la calidad de la concentración va decrementándose", explica la doctora Tirado. Precisamente, esa fatiga es uno de los principales motivos que esgrimen los defensores de la jornada partida, ya que la continua obliga al alumno a tener mañanas "intensivas" en las que resulta más difícil conseguir una atención de calidad.
La neuróloga pediátrica reconoce que "depende de los biorritmos de cada persona, porque hay personas que están más activas por la mañana y personas más activas por la noche", pero la evidencia científica subraya que "por la mañana hay un pico de cortisol, de adrenalina, que es lo que nos permite iniciar el día con energía". En estos picos de cortisol también influye, indica Pilar Tirado, "la alimentación, hacer un buen desayuno por la mañana, comer algo a media mañana, que no se pase más de 3 horas en ayuno nos permite también que el cortisol esté mejor regulado y que la glucosa llegue mejor al cerebro porque el cerebro es muy exquisito y se alimenta solo de glucosa, digamos que los cuerpos cetónicos, que es la otra alternativa que tenemos, pues no le sirven de la misma manera".
Evidentemente, la calidad de la atención no solo depende del horario, influye también el interés y, cómo no, la edad. Un niño pequeño tiene períodos de atención de calidad más cortos que por ejemplo un adolescente o adulto "pero digamos que acumular horas de trabajo sin descansos intermedios empeora la concentración", insiste Tirado. Además pone el foco en ese apartado que también defienden los partidarios de la jornada partida que es el de reducir las desigualdades. "Hay niños con déficit de atención que tienen la fatigabilidad más presente y se fatigan con tiempos de concentración más cortos", de ahí que haciendo pausas y espaciando la jornada puedan verse beneficiados.
En el caso de los adolescentes, la doctora hace un punto y seguido porque "tienen una característica que le llamamos el retraso de fase". ¿Qué significa el retraso de fase? Pues que el cuerpo de manera natural tiende a querer acostarse más tarde y, por lo tanto, mantenerse alerta o levantarse más tarde, tener ese pico de cortisol o adrenalina más tarde a lo largo de la mañana. "De manera que un adolescente consigue estar más alerta y, por tanto, concentrarse y rendir mejor un poquito más tarde", dice Tirado.
¿Cómo podemos conseguir que los adolescentes mantengan un ritmo de horario que se ajuste a las exigencias del día a día? Pues es aquí donde encontramos ahora un punto en contra de la jornada partida, ya que los jóvenes "tienden a acostarse más tarde y muchas veces se conectan a las redes sociales para chatear con los amigos" Si el niño lo hemos levantado antes por la noche va a tener más sueño y su cuerpo le va a pedir dormir" y algunos expertos defienden que "si se ha levantado más pronto, por la noche va a tener más sueño y su cuerpo le va a pedir dormir".
Precisamente, la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes ya ha alzado su voz en contra de la medida anunciada por la presidenta Ayuso. "No estamos a favor de la jornada partida, ya que vemos que únicamente provoca problemas para los estudiantes y las familias. Complica en gran medida que se puedan hacer actividades extraescolares o tener más tiempo libre por la tarde", manifestó el presidente de CANAE a Europa Press.
Y con esa alusión a las extraescolares tocamos otro de los argumentos que unos y otros intentan llevar a su terreno. La doctora Tirado advierte de que "efectivamente" si se opta por la jornada partida y si luego le añadimos extraescolares, el estudiante "llega a casa muy cansado y eso si que iría en contra de la jornada partida el hecho de que el niño no pueda tener un descanso". ¿Qué sería lo ideal? Pues la respuesta nos la da la experta, "que el niño pudiera a mediodía descansar, porque a mediodía está en el colegio y en el recreo hay ejercicio físico, que eso es muy positivo, pero tampoco hay un descanso que le permita estar sentado sin hacer más ejercicio mental sino actividades de relajación". Resume la neuróloga que "lo ideal sería cortar la jornada en dos, permitir unas actividades de relajación y también ejercicio físico reglado, preferiblemente al aire libre".
También sindicatos educativos han rechazado la imposición de la jornada partida, mientras que desde la Federación de la Comunidad de Madrid de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos han trasladado su apoyo, ya que dicen favorece la conciliación.
Pedimos a la doctora que, con la ciencia en la mano, nos elaborase el horario de una jornada escolar ideal y este fue su orden de asignaturas:
"Para un niño pequeño pondría a primera hora matemáticas o lengua y a segunda hora natural o science. Las dos primeras horas de la mañana son cuando más concentración hay, por eso pongo dos asignaturas que requieren más concentración. En el caso de los adolescentes igual, pero al revés, es decir, primero pondría natural o science y después matemáticas o lengua" porque dice "así a primera hora van entrando en calor, ganando esa concentración".
Tras las dos primeras horas, para Pilar Tirado llegaría el descanso y después del recreo, "siempre vienen más fresquitos, entonces si hemos puesto antes matemáticas, poner ahora lengua o viceversa". Después sería el turno de la lengua extranjera y llegamos a la hora de la comida. Con el estómago lleno se daría paso a asignaturas "un poco más recreativas como puede ser la Educación Física y después quizás la plástica". Tras este horario, la doctora incide en la importancia de "dejar tiempo para hacer estudio dirigido", que los niños puedan hacer los deberes "para que no lleven el trabajo a casa".
Pilar Tirado avisa de que incluso después de valorar los pros y los contras de la jornada partida y continua, es necesario entender que "solo partir la jornada no va a ser un cambio radical. Es decir si tú la cambias con un propósito como es que mejore la concentración en los niños, mejore el rendimiento escolar incluso el personal tienes que acompañarla de ciertas ayudas para favorecer estas mejoras, por ejemplo si quieres que estén mejor socialmente, pues vigilar los recreos o hacer actividades regladas".
La doctora se despide recordando que "lo que son las pautas básicas que científicamente han demostrado más éxito pasan por empezar por un trabajo de intensidad media, seguir por un trabajo de intensidad alta y terminar por el de intensidad más baja".
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