Buena noticia
A sus 90 años por fin se dedica a la profesión de sus sueños. Trabajaba como jardinero en un parque público en Tui, en Pontevedra.
Joaquín protagoniza hoy la buena noticia. Por su ejemplo, porque a sus 90 años es voluntario, trabajaba como jardinero en un parque público en Tui, en Pontevedra. Todas las tardes -llueva o haga calor- cuida las plantas, las riega, las poda...Dice que el secreto para que crezcan es darles tanto amor como si fueran tus hijos, y además, mantenerse activo le ayuda a seguir cumpliendo años
"Desde pequeño me gustaban mucho las plantas y con 7 o 8 años empecé a trabajar en una finca de la empresa en la que trabajaba mi padre", recuerda Joaquín. Ahí aprendió y descubrió su auténtica vocación, una dedicación que recuperaría muchos años más tarde. Con dieciocho años se sacó el carnet de conducir y de ahí el de camión, moto y todos los que podamos contar, y de ello hizo su profesión.
"Me hice camionero y viajé por toda España con mi camión, a Madrid me iba todos los meses y de ahí a cualquier lugar donde me mandaban", cuenta orgulloso. Ahora, muchos años después, tiene una cita muy importante: el psicotécnico, "tengo que ir a renovarlo el mes que viene y tengo miedo de que no me lo den. No hago viajes largos pero necesito mi coche para ir a regar las plantas cada día, ir al bingo y moverme un poquito de la casa".
Después de visitarlo y verlo en acción, lo tenemos claro, Joaquín tiene pilas para rato. "Uno nunca está seguro pero yo creo que me lo van a dar, no necesito gafas y me muevo bien. Nunca tuve ninguna falta, ni multas, ni nada. Voy despaciño y fijándome bien", afirma con total convencimiento.
En cuanto al secreto para la juventud eterna, Joaquín lo dice fácil y rápido "hay que trabajar, yo trabajé toda la vida mucho y muy duro y ahora hay que seguir trabajando. Hay que estar en movimiento y no estar todo el día sentado en casa". Hace siete años que decidió ayudar a su comunidad y aportar su granito de arena, o de abono, al parque de O Penedo y desde entonces no ha faltado ni un solo día.
"Las plantas son como los hijos, hay que cuidarlos, estar atento, ir todos los días y darles cariño", la verdad es que no lo podría haber explicado mejor. Y es que de esto también sabe mucho, junto a su mujer tuvo cuatro hijos que ya lo han hecho un, muy orgulloso, abuelo y bisabuelo.
Una de sus nietas vive con él y todo son elogios para su abuelo "es muy señorito, va a regar las plantas pero en camisa". Además, subraya Yaiza "a él ir a regar sus plantas le da la vida y a nosotros nos hace felices verlo así de entretenido" y dedicándose en cuerpo y alma a lo que siempre fue su sueño.