Hospital Virgen del Rocío
Fernando, que lleva 15 años cuidando de los setos del Hospital Virgen del Rocío, "esculpe" mensajes a los pacientes como "suerte" y "ánimo".
El trance de tener que acudir a un hospital, por lo general, no es agradable. Cuando se va, ya sea por uno mismo o para visitar a un allegado, es unmal trago que todos quieren evitar.
Fernando, después de 15 años cincelando cual escultor los setos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, sabe mejor que nadie lo dura que puede hacerse una visita y, durante sus años de servicio, ha visto pasar a mucha gente.
En todo ese tiempo, Fernando ha observado con detenimiento los rostros de quienes se dirigen a un destino a veces incierto, con el velo del miedo en la mirada. "¿Cómo puedo ayudar?", se pregunta el artista improvisado.
La respuesta aparece en un gran seto frente al centro sanitario en el que se puede leer: "Suerte". Por esa vía, la avenida Manuel Siurot, pasan numerosas ambulancias. "Quiero que se sientan mejor, y que el miedo pase a ser un estado de esperanza", afirma solemne el jardinero.
Marta ha visitado a su madre en el hospital después de que se rompiese la cadera tras una caída mientras hacía la compra. La afectada fue operada y, actualmente, se encuentra en planta.
Cuando Marta se entera la noticia, acude rauda al hospital. Al llegar, apresurada, nerviosa y abstraída, observa de soslayo la palabra "ánimo" de color verde. Sobresale tanto que parece que flota sobre el aire, como si estuviera en tres dimensiones (de hecho, lo está). No detiene su paso, pero su mente sí ha empezado a ir más despacio. De pronto, se tranquiliza. "Parece que no, pero te cambia el estado de ánimo", reconoce.
Al llegar a la habitación, con su madre encamada pero consciente, Marta le cuenta lo que ha visto. "Me dijo que ya lo sabía, no se habla de otra cosa entre pacientes y visitantes, también los médicos", asegura.
Pero la obra de Fernando ya ha ido más lejos. En las redes se ha viralizado y triunfa. "Me hace sentirme muy orgulloso, no tanto por Internet, sino por la gente que viene aquí en un mal momento y esto les puede ayudar", reflexiona. Son tres los mensajes que ha dejado: "vive y ama", "ánimo" y "suerte". Su original idea ha contagiado a sus compañeros, que colaboran sin reparo en su propósito.
Fernando no se considera un jardinero al uso. Es creativo, idealista y empático. Todo ello le ha llevado a querer innovar y dejar huella. Y vaya si lo ha conseguido.
"Quería salirme de lo convencional; sé que tengo habilidades e imaginación; si ya conozco las plantas y sé cómo mantenerlas, sólo tenía que ponerme a crear", observa. Se le esboza una sonrisa cargada de timidez cada vez que se le recuerda que sus mensajes han calado hondo entre la gente. Él prefiere que los protagonistas sean los pacientes y no él. Y así poder, desde la distancia, y sin que nadie le vea, seguir moldeando los setos de la esperanza.
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