La Policía Nacional ha iniciado una investigación tras la denuncia de una familia que asegura que su hija, una niña de corta edad, habría sido víctima de abusos sexuales por parte de otros alumnos en un colegio de la provincia de Granada. Según las autoridades, los presuntos responsables también son menores de edad y los hechos habrían tenido lugar dentro del centro educativo, que acoge a estudiantes de entre 3 y 12 años.
El caso salió a la luz en octubre, cuando la madre de la niña la llevó a Urgencias debido a "irritación y dolor" en la zona vaginal. En esa primera visita, los médicos no detectaron lesiones aparentes.
Sin embargo, semanas después, la menor describió comportamientos que apuntaban a posibles abusos cometidos por compañeros del colegio. Tras esta revelación, la familia volvió al hospital, donde se activó el protocolo judicial.
Los agresores cambiados de colegio
Como medida preventiva, los presuntos agresores han sido trasladados a otros colegios de la zona y sus expedientes disciplinarios permanecen abiertos a la espera de que finalice la investigación. Fuentes de la Junta de Andalucía han confirmado que estos traslados buscan garantizar la seguridad de los menores implicados y permitir el desarrollo del proceso sin interferencias.
Por el momento, las autoridades no han detallado si los presuntos responsables tienen menos de 14 años, una edad crucial según la legislación española, ya que los menores de esta edad son considerados inimputables. Este caso ha generado preocupación entre las familias de la comunidad educativa, quienes exigen que se refuercen los protocolos de protección en los centros escolares.
La niña cambió de comportamiento
La denuncia presentada por la familia de la víctima describe un cambio significativo en el comportamiento de la niña desde octubre, cuando comenzó a mostrar rechazo a asistir al colegio, además de un aumento de nerviosismo y vulnerabilidad en actividades habituales. Según la información proporcionada, en el centro educativo confirmaron que, en varias ocasiones, la menor fue vista llorando, lo que refuerza las sospechas de un posible malestar derivado de los hechos denunciados.
La Policía Nacional, a través de su Grupo de Menores, continúa investigando el caso para esclarecer las circunstancias y determinar las responsabilidades. Mientras tanto, se han implementado medidas de apoyo para la menor y su familia, con el objetivo de proteger su bienestar emocional durante el proceso. La comunidad educativa espera que el caso se resuelva con rapidez y que se adopten medidas para prevenir futuros incidentes.
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