EN LA LOCALIDAD DE OSUNA
La Guardia Civil ha iniciado una investigación contra una persona por supuesto maltrato animal tras conocer que los bomberos hubieran rescatado a tres perros galgos que supuestamente habían sido arrojados a un pozo en un paraje del término municipal de Osuna (Sevilla).
Según un comunicado del Instituto Armado, un socio de la sociedad de cazadores de Osuna escuchó aullar y chillar a unos perros y comprobó que los aullidos salían de un pozo seco bastante profundo, por lo que avisó a los guardas del coto y a los bomberos.
Estos últimos tuvieron que descender al pozo e izar a los perros usando arneses que posteriormente serían entregados al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) de Osuna que se hizo cargo de la investigación.
En esta línea, los agentes comprobaron que dos de los perros tenían microchip y el tercero presentaba un tatuaje en la oreja izquierda, lo que indica que se trataba de un perro federado para competiciones.
Al consultar con la Federación Andaluza de Caza el número del tatuaje, resultó asociado a un microchip. Por ello, la Guardia Civil ha procedido a localizar al dueño de los perros, quien no había comunicado ni denunciado su desaparición y además presentaba numerosos antecedentes y denuncias por diferentes causas.
De esta manera, se ha citado a esta persona a dependencias del Instituto Armado y, una vez confirmadas las sospechas, se ha iniciado una investigación que le señala como presunto autor de un delito de maltrato animal.
Los galgos se utilizan casi en su totalidad para ejercitar la caza deportiva y suele darse la circunstancia de que algunos cazadores intentan deshacerse de sus perros cuando no son competitivos por no tener las supuestas cualidades para competir o haberlas perdido por motivos de edad o lesiones.