EN UN POLÍGONO DE ARMILLA, EN GRANADA
Las prendas las fabricaban con logotipos idénticos a los de las marcas suplantadas y añadían algún elemento a los mismos o bien los cubrían con otros logos, para evitar que fueran requisadas.
De todos modos, el sistema de camuflaje era tan superficial, que las piezas aplicadas para que las zapatillas se parecieran a las originales se podían retirar fácilmente.
Las investigaciones comenzaron gracias a un control rutinario a un vehículo de un vendedor ambulante realizado por agentes de la Policía Local de Jaén. Las zapatillas y prendas que portaba las había adquirido en un establecimiento de un polígono de la localidad granadina de Armilla, que identificó a través de un servidor de aplicaciones de mapas en la web.
Los policías descubrieron que ese almacén estaba formado por tres naves contiguas comunicadas entre sí. En una de ellas había una exposición con todo tipo de calzado, mientras que en las otras dos se almacenaban cajas de zapatos.
Las 4.226 pares de zapatillas falsificadas incautadas habían sido fabricadas con logotipos idénticos a los originales, pero camuflados para evitar que fueran requisadas en posibles controles de entrada en España o en los lugres de venta.