Narcotráfico
El piloto de la embarcación en la que se transportaban un importante número de fardos de droga realizó "temerarias" maniobras con el objetivo de evitar su alcance, "poniendo en grave riesgo la integridad física de sus ocupantes y de los agentes de Servicio Marítimo que les seguían".
Espectacular persecución a una narcolancha en la provincia de Huelva. La Guardia Civil ha logrado intervenir más de 3.500 kilos de hachís en aguas onubenses tras un seguimiento de película a una embarcación usada para el contrabando de drogas.
Al parecer, tal y como ha explicado la Benemérita en una nota de prensa este lunes, el operativo se inició al detectar la presencia de una narcolancha, con varios fardos de droga a bordo, navegando frente a la playa de la localidad de Punta Umbría, en Huelva, con dirección a la costa.
Rápidamente, desde la Central Operativa de Coordinación 062 de la Guardia Civil se estableció un amplio dispositivo coordinado que precisó de los servicios de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia, del Servicio Marítimo Provincial y un helicóptero del Servicio Aéreo, cuya intervención fue clave en la operación.
Ante la presencia de los agentes en la costa, los narcotraficantes decidieron huir en la embarcación donde navegaban hacia el sur de la costa onubense, intentado evitar ser localizados por la Guardia Civil. Sin embargo, el helicóptero del Servicio Aéreo que participaba en el dispositivo logró dar con su ubicación, a unas 20 millas más al sur.
La persecución duró más de 40 minutos
Tras dar con su paradero, la embarcación del Servicio Marítimo Provincial comenzó una persecución de más de 40 minutos, grabada desde el helicóptero que participaba en el dispositivo policial. En las imágenes ofrecidas por la Benemérita, se puede apreciar cómo los propios narcotraficantes arrojan al agua los fardos de hachís que transportan, quedándose sin mercancía alguna, e intentan huir con el fin de no ser alcanzados.
En total, los agentes pudieron recoger del agua 100 fardos de hachís, de entre 30 y 35 kilos cada uno, que superaban en total los 3.500 kilos, para ser destruidos posteriormente. Antes, tuvieron que esquivar las temerosas maniobras que el piloto de la embarcación realizó.
Por el momento, la Guardia Civil mantiene abierta la investigación y no descarta futuras detenciones relacionadas con esta persecución.