Volcán La Palma
La lava que expulsa el volcán de La Palma va ganando terreno hasta convertirse en un río incandescente a elevadas temperaturas.
La actividad eruptiva del volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma sigue imparable. Esta pasada madrugada ha expulsado gran cantidad de lava, que debido a su fluidez ha descendido a gran velocidad.
Tsunamis incandescentes de lava
La lengua de lava se ha convertido en un río incandescente a temperaturas muy elevadas. El magma ya ha superado la montaña de La Laguna y continúa ganando terreno a más de 1 kilómetro por hora.
Desde el pasado 19 de septiembre, cuando comenzó la erupción, más de 700 hectáreas se han visto afectadas, según la última medición del sistema de satélites europeo Copernicus. De la misma forma, se ha incrementado hasta 1.826 el número de edificaciones destruidas.
¿Cuándo acabará la erupción?
El final de la erupción no está cerca y los expertos temen los nuevos movimientos: se ha abierto una nueva boca en la parte sureste de la colada. Una fisura que está expulsando gases, principalmente vapores de agua, y que está siendo monitorizada las 24 horas con drones equipados con cámara termográficas de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
"Es el sistema que estamos utilizando para hacer vuelos nocturnos para vigilar el volcán", explica Andrés Lorente, miembro de la UME.
Tampoco ha parado la actividad sísmica en la isla de La Palma. Aproximadamente, un total de 10 terremotos ha sentido la población las últimas horas. Esto ha ocurrido porque los sismos se han intensificado en la zona al aumentar la actividad del Cumbre Vieja.
La previsión de los expertos es que las coladas que están más al sur de la montaña de La Laguna, en Los Llanos de Aridane, terminen confluyendo y lleguen al mar. El director técnico del Pevolca, Rubén Fernández, ha apuntado que estos dos frentes están a 1 kilómetro de la costa, lo que indica que llegarán al mar en una zona distinta al delta lávico.