Atapuerca
En una cueva de Atapuerca hace 30 años que se extraen valiosos restos arqueológicos humanos que podrían cambiar el pensamiento sobre nuestros antepasados que se tenía hasta ahora.
La historia pasada, en ocasiones, vuelve a aparecer en nuestras vidas de la forma más sorprendente. Que se lo digan a los vecinos y vecinas de Atapuerca, en Burgos. En el interior de una de las cuevas de esta sierra burgalesa, en 1992, un grupo de tres jóvenes arqueólogos hizo un descubrimiento que sería clave para el estudio de la evolución humana.
Los hallazgos de esta cueva, arrojan luz sobre un dato de lo más sorprendente: los primeros humanos llegaron a Europa antes de lo que se piensa.
La última campaña de excavaciones ha sacado a la luz una decena de fósiles. Entre ellos un cráneo y un incisivo que pertenece a un nuevo individuo que hasta ahora no se tenía: una mujer adulta de unos 25 años.
En Gran Dolina, las excavaciones comenzaron por un golpe de suerte cuando, al construir una línea de ferrocarril, dieron con este yacimiento único en el mundo.
Lo más llamativo de esto es que todos los huesos que iban apareciendo, pertenecían a una especie diferente a las que se habían estudiado hasta ahora: el Homo Antecessor. De él encontraron el cráneo más conservado del planeta y lo apodaron "Miguelón". Un pequeño guiño al ciclista español Miguel Indurain.
Este resto, además, permitió conocer el primer crimen documentado de la historia, ya que el cráneo presentaba dos fuertes golpes en la frente que procedía de otro individuo diestro.
Otra pieza encontrada fue una pelvis, apodada "Elvis". Esta pelvis es única porque es mucho más grande que la de una mujer en la actualidad. Es por eso que permitió saber que esta especie tenía mucho más fácil el parto.
El objetivo de Atapuerca es que, en cinco o seis años, estos hallazgos puedan ser sacados del yacimiento junto con otros 300 restos.
El equipo de investigación de la Universidad de Córdoba, liderado por el catedrático de Química Orgánica José Rafael Ruiz Arrebola, junto con el Ayuntamiento de Sevilla, describió el año pasado, químicamente los componentes "reales" de un perfume del siglo I d.C. Un recipiente tallado en cuarzo descubierto en Carmona (Sevilla), fue el objeto que ha posibilitado llevar a cabo la investigación. En el estudio, publicado por la revista científica suiza 'Heritage', participaron Ruiz Arrebola, el arqueólogo municipal de Carmona, Juan Manuel Román y los investigadores de la UCO y Fernando Lafont.
Los restos de la colonia, localizados en 2019, se habían conservado solidificados en el interior de un recipiente tallado en cuarzo, que se mantenía sellado. Según ha explicado Juan Manuel Román, se trataba de una tumba colectiva, posiblemente de una familia con un alto poder adquisitivo que poseía varios objetos relacionados con rituales funerarios. Se encontraron las urnas cinerarias de seis personas adultas: tres hombres y tres mujeres.
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