Maternidad
La organización 'El Parto es Nuestro' denuncia el exceso de nacimientos inducidos que acaban con mayores índices de partos con cesárea e instrumentalizados.
Si observamos los nacimientos, a lo largo de las últimas décadas en nuestro país, encontramos un patrón algo curioso. Los niños tienden a no nacer en días festivos, fines de semana o algunos días de vacaciones. Sin embargo, sí lo hacen entre semana, sobre todo en horario laborable.
La organización 'El Parto es Nuestro' denuncia esta situación y alerta de que es la consecuencia de una alta tasa de partos programados sin ningún motivo médico. Lo que genera partos más complicados que acaban en mayor cantidad de cesáreas y en la utilización de técnicas instrumentales.
Los días con menos nacimientos
Analizando los datos encontramos, que el día del año con menos nacimientos se registra el 25 de diciembre. En el Movimiento Natural de la Población del Instituto Nacional de Estadística (INE) se encuentra que para los años 2010 y 2019, los otros días en que menos niños nacieron en la segunda década del siglo XXI fueron el 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 15 de agosto, 12 de octubre; y 6, 8, 24 y 31 de diciembre. Todos son festivos nacionales.
La Presidenta de El Parto es Nuestro, Susana Fernández, explica que "es evidente que en la naturaleza no existen reglas en cuanto a la fecha de los nacimientos. En los años 70 del siglo pasado, los partos se repartían de una forma equitativa en los días de la semana. Pero a lo largo de las últimas décadas los patrones de nacimiento están alterados".
Incremento de inducciones al parto
Según un informe emitido por el Ministerio de Sanidad en julio de 2020, el aumento de la tasa de inducción ha sido constante a lo largo de los últimos años. Si en 2010 esta tasa era de un 19%, en 2018 subió hasta un 35%. Cifras muy superiores a las que recomienda la Organización Mundial de la Salud. Aconseja que no se exceda el 10%.
El Ministerio de Sanidad y las organizaciones internacionales constatan que programar partos por razones no médicas, sino de agenda, pone en riesgo la salud de mujeres y bebés. "Lo que nos cuentan algunas mujeres a las que atendemos es que les proponen inducciones con amenazas, como que el bebé está en peligro, cosa que en muchos casos no es verdad", sostiene Susana Fernández.
Reclaman que hospitales y médicos no antepongan medidas que no entran dentro del paradigma médico para inducir partos o planificar cesáreas y, de esta forma, se respete el derecho de las mujeres a recibir servicios de salud reproductiva de calidad.