LAS PERSPECTIVAS SON OPTIMISTAS
Los incendios forestales declarados en Cortés de Pallás y Andilla (Valencia) movilizan a 900 medios terrestres y 32 medios aéreos, que siguen trabajando en las labores de extinción. Además, el fuego obliga a mantener cerradas siete carreteras. La magnitud de los incendios queda reflejada en las imágenes que ha captado el satélite Aqua de la NASA.
Según el Centro de Coordinación de Emergencias, en el incendio de Andilla han estado trabajando a lo largo de este martes 600 medios terrestres y 18 aéreos, que continúan en la zona para actuar en pequeñas reproducciones. En el incendio de Cortes de Pallás hay desplazados 300 medios terrestres, entre los que se encuentran 17 vehículos, 14 brigadas y 2 secciones de la Unidad Militar de Emergencia (UME), así como 4 medios aéreos.
Los incendios forestales que afectan a los municipios valencianos, además de Murcia, Castilla-La Mancha y Zaragoza, han ido perdiendo intensidad a lo largo de un día en el que se ha localizado el cuerpo del piloto José Agustín Nieva, que murió este lunes cuando trabajaba en las labores de extinción del fuego en Valencia. Era coronel del Ejército en situación de reserva desde el año 2004 y contaba con una amplia experiencia en la extinción de incendios forestales, con más de 4.000 horas de vuelo.
En el hospital La Fe de Valencia continúan ingresados el piloto y copiloto heridos en un segundo accidente de helicóptero. El piloto, de 55 años, permanece en la unidad de reanimación y su pronóstico es reservado, mientras que el copiloto, de 36 años permanece estable con politraumatismos.
De los incendios activos, los más virulentos se encuentran en Valencia, donde han ardido ya cerca de 50.000 hectáreas de zona arbolada y matorral, aunque las perspectivas son optimistas. Así, fuentes de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han informado de que el incendio de Andilla evoluciona favorablemente y ya no tiene llamas y se han mostrado optimistas sobre el de Cortes de Pallàs, aunque han advertido de que las altas temperaturas, el bajo porcentaje de humedad y el viento juegan en contra de las labores de extinción.