Volcán de La Palma
Los expertos creen que las primeras coladas están ayudando a encauzar la lava hasta el mar y por lo tanto hay menos riesgo de que acabe afectando a más edificaciones ni más plantaciones, pero eso podría cambiar si el volcán sigue lanzando lava al ritmo actual durante mucho tiempo.
La erupción volcánica de Cumbre Vieja sigue 15 días después de que se iniciara con toda su potencia sin que los científicos puedan predecir un final cercano. Las coladas de lava caen incandescentes hacia el mar y ya ocupan 28 kilómetros cuadrados. En lo alto de la ladera pueden observarse los destrozos que la lava del volcán de La Palma ha provocado sobre las plantaciones de plátanos de la isla de Canarias.
La superficie afectada por la erupción volcánica afecta ya a 399 hectáreas de la isla de La Palma, 52,5 hectáreas más que este sábado por el magma y con el temor de que siga aumentado dado que este proceso volcánico no ha perdido potencia desde su inicio pasadas las 15:00 horas del domingo 19 de septiembre.
Este material magmático del volcán ha dejado inutilizados 30,7 kilómetros de carreteras por lo que las administraciones también buscan soluciones urgentes a esta incomunicación en la que ha quedado parte de la isla de Canarias.
El volcán de La Palma tiene varios centros emisores en el interior del cráter y dos en el noroeste, de los que emerge una lava que, para tranquilidad de todos, se ha fundido en una sola colada que transcurre paralela a la que se dirige al mar. No obstante, estas coladas de lava están continuamente monotorizadas por si hubiese algún cambio en su avance.
También las emisiones de gases han dado algún sobresalto al tener que evacuar con rapidez a equipos de científicos y dispositivos de seguridad que trabajaban en una zona cercana a la erupción de Cumbre Vieja, al constatarse una alteración en uno de los parámetros que se miden para determinar la calidad del aire.