PRISIÓN SIN FIANZA
Norbert Feher, conocido como Igor 'el ruso', ha ingresado en prisión provisional comunicada después de matar a tiros a dos agentes de la Guardia Civil y a un ganadero en una población de Andorra.
'El ruso' estará en la cárcel incomunicado, no tendrá relación con nadie porque es un preso de alto riesgo para el que la vida es "papel de fumar", según ha explicado el director de la prisión donde permanecerá.
Norbert Feher permanecerá totalmente solo en prisión. Estará aislado para comer y saldrá solo al patio, no tendrá contacto con ningún otro recluso por ser considerado extremadamente peligroso.
Igor se movía entre Italia, Francia y España utilizando autobuses, muchos de ellos de peregrinación a Lourdes, para pasar así inadvertido. Tenía un gran número de identidades falsas. que conseguía por sus contactos con un grupo de falsificadores franceses, lo que le hacía cambiar continuamente de imagen.
Ahora se investiga qué relación tenía con dos mujeres en Valencia, con una joven cubana en Madrid y con su supuesto narcotraficante, con residencia en Málaga.
Pero para la investigación serán claves los resultados de ADN, para mostrar en qué lugares ha estado, y los de balística, pues cuando fue detenido llevaba dos armas reglamentarias de los guardias civiles muertos, pero además otras dos pistolas, una supuestamente utilizada en el ataque a dos agricultores a principios de mes.
La reconstrucción de sus pasos
El detenido se ocultaba en un monte de Albalate del Arzobispo. Allí entraba en las casas de campo de los agricultores, donde robaba ropa y comida. El jueves fue descubierto en una finca por el propietario, José Luis Iranzo, a quien Igor disparó, acabando con su vida.
El padre del fallecido escuchó los disparos y alertó a la Guardia Civil. Al acudir a la masía se encontraron con Igor, que también les diparó. De nada sirvieron los chalecos antibalas, pues Igor tenía tal conocimiento en armamentística que disparó a puntos vitales que acabaron con la vida de los agentes. Ambos fallecieron pero pudieron avisar antes a sus compañeros.
Así empezaba su huida en una furgoneta por caminos rurales. Los agentes de la Guardia Civil también comenzaban la persecución con un retrato robot del asesino. Ocho horas después y a más de 100 kilómetros del lugar de los crímenes fue detenido tras sufrir un accidente.