Coronavirus
La pandemia de coronavirus se puede ver afectada por la llegada de temperaturas más altas con la primavera y el verano. Además de esto también dependerá la eficacia de las medidas de distanciamiento social y, también, del entorno dentro de los propios edificios, en concreto de la humedad relativa, según un estudio de la Universidad de Yale (Estados Unidos) sobre el coronavirus.
El aire frío y seco del invierno ha ayudado a que el SARS-CoV2 se propague. Pero a medida que la humedad aumenta durante la primavera y el verano, la transmisión del coronavirus a través del aire disminuye en el exterior como en interiores.
Aunque los virus todavía pueden transmitirse por contacto directo y a través de superficies contaminadas por coronavirus, los investigadores sugieren que, además del distanciamiento social y el lavado de manos, la moderación estacional de la humedad relativa (la diferencia entre la humedad y temperaturas exteriores con la humedad interior) ayudaría en la disminución de la transmisión del coronavirus.
La naturaleza estacional de las enfermedades respiratorias, como es el caso del coronavirus, hace que suban en invierno y bajen durante épocas más cálidas. Por otro lado, la capacidad del sistema inmunológico para luchar contra el virus se ve mermado en ambientes más secos.
"Por eso se recomienda humidificadores durante el invierno en los edificios. Muchas casas están mal ventilados y la gente a menudo vive en proximidad, y en estos casos, los beneficios de una mayor humedad se ven mitigados", apuntan los investigadores.
Sin embargo, en áreas de alta humedad relativa como los trópicos, el coronavirus puede ser transportado por el aire hasta superficies en el interior y pueden sobrevivir durante mucho tiempo. Por eso, las personas que viven en países cálidos y las que trabajan cerca de otras siguen siendo susceptibles a la infección. "No importa si vives en Singapur, la India o el Ártico, todavía necesitas lavarte las manos y practicar el distanciamiento social", concluye el estudio.