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El Hospital Universitario La Luz de Madrid realiza una intervención única en pacientes que han sufrido ictus

Se trata de un nuevo procedimiento que facilita su recuperación, evita reacciones alérgicas, requiere menos medicación y no condiciona posibles intervenciones futuras.

Los doctores Jorge Palazuelos y Fernando Sarnago Hospital Universitario La Luz de Madrid

El foramen oval es una apertura natural entre las dos cavidades superiores del corazón (la aurícula derecha e izquierda) presente desde antes del nacimiento. Podría compararse con una especie de túnel por el que pasa la sangre oxigenada de una aurícula a otra. Frecuentemente, se cierra poco tiempo después de nacer, pero en algunos casos, no lo hace.

Esta imperfección puede debutar en enfermedades cardiovasculares como el ictus. De aquí la relevancia de los avances en este tipo de operaciones. En palabras del doctor Jorge Palazuelos, Responsable Hemodinámica y Cardiología Intervencionista Hospital La Luz, la intervención consiste en "cerrar ese "túnel" que hay en el corazón y por el que pasan los trombos de una parte a otra y acaban en la cabeza."

La operación se ha realizado en pacientes que han sufrido ictus de repetición y, aunque no es novedosa, sí lo es el procedimiento mediante el que se realiza. "Desde hace años se hace poniendo unos dispositivos de doble disco, como una especie de diábolo de los malabaristas", explica Palazuelos, y ahora, "se está empezando a dar sutura", añade.

Se trata de una intervención sencilla, rápida y duradera. No requiere anestesia general, y el procedimiento es el siguiente: "a través de un pinchazo en la ingle, consiste en subir unas guías y unos catéteres, enhebrarlos por ese "túnel" y dar dos suturas para que quede cerrado", concluye el doctor Palazuelos.

Más beneficiosa a corto y medio plazo

Este procedimiento único presenta múltiples beneficios para el paciente. En primer lugar, permite una recuperación más rápida. Además, al no implantar ninguna prótesis, no se deja dentro ningún metal, por lo que no provoca reacciones alérgicas, requiere menosmedicación y no condiciona otras posibles intervenciones futuras. Además, disminuye el riesgo de dislocación, erosión, infección y trombosis.

"Por lo general, son pacientes jóvenes que quieren seguir haciendo su vida profesional, sus hobbies, etc., y por tanto, cuanta menos prótesis material y cuanta menos medicación, mejor", aclara Palazuelos. "Si el día de mañana al paciente hay que hacerle una intervención no hará falta pinchar y atravesar esa prótesis para ir al otro lado del corazón", "por lo que simplifica mucho también el trabajo de los profesionales de la medicina", concluye.

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