Cambio de hora
En la década de los años 70 se empezó a implementar el cambio de hora, con la primera crisis del petróleo. Fue en este momento cuando algunos países decidieron adelantar el reloj para aprovechar mejor la luz natural del Sol y reducir así su consumo de electricidad.
En España este cambio de hora no se introdujo hasta 1974, y desde entonces, dos veces al año, en primavera y en otoño, toca hacer cambiar la hora.
Con la llegada del horario de invierno, en pleno otoño, llega el turno de atrasar el reloj una hora, por lo que amanecerá y anochecerá una hora antes; una maniobra inversa a la que se hace con la llegada de la primavera.
Cambio de hora en octubre de 2020
El cambio de hora se acerca y la madrugada del próximo domingo 25 de octubre de 2020 será el momento en el que los relojes deberán atrasarse una hora para entrar en el horario de invierno. De esta forma, a las 3.00 a.m., poco después de despedir el sábado, deberás atrasar una hora el reloj, para que sean las 2.00 a.m.
El paso al horario de invierno siempre ha sido muy celebrado por los más fiesteros, ya que podían aprovechar una hora más la noche, pero este año este cambio no tendrá tantos adeptos al cerrarse el ocio nocturno, antes de esta hora en toda España. Pero, los que no salen por la noche, también se verán afectados.
Pero, antes de contarte los efectos que puedes sentir con estos cambios, empezaremos por darte una sugerencia. Si no piensas estar despierto a la hora en la que se produce el cambio horario, lo mejor que puedes hacer, para que el domingo te levantes con la hora real, es que antes de irte a cama retrases todos los relojes de tu casa.
¿Qué efectos tiene el cambio en la salud?
El efecto más inmediato de la llegada del horario de invierno es que con el cambio de hora amanecerá y anochecerá antes, por lo que dispondrás de menos tiempo de luz solar.
Este cambio de hora suele afectar principalmente a la población más vulnerable como niños, adultos mayores, personas con trastornos neurológicos y sí, también a las mascotas, pero existen muchas otras personas a las que les cuesta adaptarse a este nuevo horario.
En general, los síntomas son similares a los que se producen cuando se sufre de 'jet-lag', después de un largo viaje, y suelen ir desde el cansancio, hasta la falta de atención y concentración.
El cambio de hora influye en el ritmo circadiano, una especie de reloj interno que se encuentra regulado por el sistema hormonal y que sirve para ajustar las rutinas diarias de cada individuo, haciendo que sientas hambre a la hora aproximada a la que sueles comer o sueño en las horas cercanas a las que te vas a dormir.
Y es en el sueño donde más se suelen notar las dificultades provocadas por el cambio de hora, lo cual trae añadido cansancio, cambios en el estado de ánimo, irritabilidad, falta de concentración y somnolencia, aunque te acuestes y despiertes a la misma hora.
Poco a poco tu cuerpo se irá adaptando, pero si quieres minimizar lo máximo posible los efectos que el cambio horario puede causarte, lo mejor es ir modificando poco a poco el horario de las comidas, el ritmo de acostarse y levantarse, y también evitar por unos días echarse la siesta.