Homicidio
El hombre de 83 años permanecerá en prisión domiciliaria.
El Juzgado de Primera Instancia de Aoiz ha decretado prisión domiciliaria, comunicada y sin fianza para el anciano de 83 años que disparó mortalmente a su hijo en la localidad de Labiano, Navarra. La decisión se dio a conocer este martes.
Los hechos tuvieron lugar durante la madrugada del pasado 28 de abril. La víctima de 55 años acudió a casa de su padre en busca de dinero. Al llegar, el hijo le amenazó, colándole un cuchillo en el cuello, y advirtiéndole que de no proporcionarle 200 euros antes de las 10:00 horas de la mañana de ese mismo día, acabaría con su vida. El padre no accedió a su petición, de modo que la víctima se habría vuelto a presentar en el domicilio, profiriendo nuevas amenazas.
La resolución judicial recoge que en esa ocasión, el hijo optó por quedarse en casa, donde se quedó parcialmente dormido. Fue en este momento cuando el presutno asesino aprovechó para coger y cargar la escopeta de caza con la que contaba en el domicilio. Al despertarse, el hijo presuntamente habría tratado de coger el cuchillo, ante lo que acusado reaccionó disparando el arma hasta en tres ocasiones. Dos próximos al pecho, y el tercero cercano a la cara, provocando que la víctima falleciera en el acto.
Fue una vecina quien dio la voz de alarma. Acto seguido, al lugar de los hechos acudieron patrullas de la Policía Foral de Seguridad Ciudadana, Policía Judicial y Científica, que acordonaron la zona. El octogenario reconoció ser el autor del crimen. Según se ha hecho eco 'Diario de Navarra', la jueza ha apreciado una actuación "particularmente violenta", agregando que los hechos son indiciariamente constitutivos de un delito de asesinato, perpetrado con una agravante de alevosía.
Algunos vecinos de la pequeña localidad de menos de 200 habitantes confirmaron la mala relación que existía entre padre e hijo, así como las discusiones continuas. El presunto autor es aficionado a la caza, y padece desde hace tiempo una enfermedad física. Paralelamente, fruto de la mala relación con su hijo y su estado de salud, el varón había expresado su intención de irse a una residencia de ancianos.
El fallecido en cuestión se encontraba divorciado, tenía dos hijas menores de edad, y convivía con su padre, que era viudo.
El alcalde del valle de Aranguren ha confirmado a EFE que las desavenencias entre los implicados eran conocidas, aunque "con los vecinos no había ningún problema". También ha definido al detenido como "una maravilla de persona, implicadísimo siempre en tirar para adelante; lleva arrastrando muchísimo tiempo el apoyo a este hijo... es un hombre volcadísimo con la familia".
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