DECLARA COMO TESTIGO
Judith, la hija de Ana Julia Quezada, acusada de matar a Gabriel Cruz, ha sostenido este martes ante un jurado popular que se ha sentido "utilizada" por su madre tras conocer todo lo ocurrido en relación a la desaparición y fallecimiento del niño de 8 años.
Así lo ha indicado Judith a preguntas de la fiscal, Elena Fernández, al declarar como testigo por videoconferencia desde Burgos en la vista oral contra su madre, a la que se niega a ver en cualquier circunstancia, según ha advertido al inicio de su testimonio.
Sobre la supuesta utilización que hizo de ella su progenitora, ha indicado que efectivamente le dijo que hablase con el psicólogo clínico de la madre de Gabriel (Patricia Ramírez) para decir que Sergio, una expareja de Quezada, era un "hijo de puta". Precisamente, Quezada había colocado una camiseta del menor a escasa distancia de donde reside su expareja, según la Guardia Civil para intentar inculparlo, simulando el hallazgo de la prenda el 3 de marzo del año pasado.
También ha sostenido que le pareció extraño que su madre hablase de sus cuidados físicos durante la búsqueda, porque incluso ella se sintió como "una mierda" sin "conocer de cerca al niño" por lo ocurrido. "Me dijo que se estaba poniendo en forma, pero nada fuera de lo que se estaba viviendo allí. Me extrañó que se comportase con normalidad en esa conversación con lo que estaba sucediendo en la casa", añade.
Sin embargo, ha mantenido que al margen de eso no notó ningún comportamiento extraño que le hiciera pensar que tuviera relación con los hechos, si bien ha admitido que su progenitora no le explicó cómo había encontrado la camiseta.
Ha aclarado además que antes de trasladarse unos días a Almería desde Burgos, la relación con su madre era "distante", sin la "confianza y apego" que suele existir entre madres e hijas. "Nunca he sentido que me quisiera como una madre. Siempre ha sido distante", añadía.