Infarto
Cuando el hombre sufrió un infarto, ella le practicó los primeros auxilios y corrió a buscar ayuda.
Se llama Brígida Fandiño, pero se la conoce como Bri. Y ahora, además, como 'la heroína de Oleiros'. Lleva casi tres años trabajando en la pescadería Tenreiro, pero nunca había vivido nada similar. "Ha sido la situación más dura que he pasado", comenta.
El mediodía del 22 de junio, hace ya casi un mes, el matrimonio formado por Carmen y Eduardo acudió al establecimiento a hacer las compras habituales. Mientras la mujer encargaba el pescado, la dependienta se percató de que el hombre no estaba bien. "Se sentó en una butaca del local y le cambió la cara de color", explica Bri.
Fue entonces cuando ella abandonó su puesto tras el mostrador y salvó la vida a este hombre. Tumbó a Eduardo en el suelo de la pescadería y aplicó los conocimientos que adquirió en un curso de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería: le practicó los primeros auxilios.
"Entré allí gritando que se me moría alguien en la pescadería"
Bri comprobó que el hombre respiraba y salió a toda prisa a pedir ayuda. Primero dijo a varios peatones que llamasen a una ambulancia y después se dirigió corriendo al centro de salud, a pocos metros del establecimiento, para alertar a los médicos. "Entré allí gritando que se me moría alguien en la pescadería", recuerda.
Al regresar, acompañada de los sanitarios, las ambulancia ya habían llegado también al local y estaban atendiendo a Eduardo. De hecho, recuerda, el hombre no quería ir al hospital, lo que supuso un alivio para Bri: se encontraba mejor.
Pasó días pensando en cómo estaría Eduardo, aunque ya le habían comentado que su salud no peligraba, hasta que 15 días después él volvió a la pescadería con una caja de bombones para Bri, 'la heroína de Oleiros'.
No ha sido la única muestra de cariño que ha recibido. Numerosos vecinos, clientes y otros anónimos la han felicitado por su hazaña. "Hice lo que había que hacer, esto te sale así si ves a una persona que está mal", comenta con cierta timidez y todavía desbordada por la repercusión.