Barcelona
El 112 ha recibido una llamada a las doce del mediodía de hoy en el que se le informaba de una explosión pirotécnica en la localidad barcelonesa de Centelles. Más concretamente, la deflagración ha tenido lugar en el campanario de la plaza del pueblo, específicamente en el zurrón. Por el momento, nueve personas han sido trasladadas a la unidad de quemados del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. De esas nueve personas, tres se encuentran en estado muy grave, mientras que cinco están graves y una menos grave.
El Sistema de Emergències Mèdiques (SEM) de la Generalitat ha pasado a ofrecer en el ayuntamiento del municipio barcelonés atención psicológica a familiares y amigos.
Todo parece apuntar que la deflagración se habría producido por el fallo de unas de las escopetas que usan los trabucaires. En estas fiestas, los trabucaires usan pólvora para disparar con trabucos y escopetas durante la entrada del pino a la iglesia del municipio. Se han activado 12 unidades del SEM, diez unidades terretres y se han desplazado a la zona dos helicópteros medicalizados además de que la unidad de Bomberos ha desplazado cuatro dotaciones. Además, han confirmado que no se han producido daños estructurales en el campanario.
Todo ha ocurrido durante las fiestas del Pi celebradas en la localidad durante estas fechas. El ayuntamiento ha decretado el final de las fiestas a causa del accidente.
A las cinco de esta tarde se ha organizado en la plaza Mayor de Centelles una concentración multitudinaria para agradecer "todas las muestras de apoyo" que ha recibido la localidad con motivo del accidente ocurrido esta mañana a mediodía. Así lo ha informado el ayuntamiento a través de Twitter.
El día 30 de diciembre es el principal durante la celebración de las Fiestas del Pi. La jornada se inicia a las 7 de la mañana cuando hay una misa, una vez finalizada se empiezan a escuchar los primeros disparos de escopetas. Tras ello, los 'galejadors' se encaminan hacia el bosque para, después de almorzar, cortar un pino con hachas. El árbol se sujeta con cuerdas para evitar que en el golpe por la caída el pino puede deteriorarse. Una vez que se ha terminado de talar, se coloca en un carro, siempre rector, hasta la puerta de la iglesia. De forma paralela, los disparos de escopeta se van escuchando cada vez más.
Una vez que llegan a la iglesia, el árbol es izado hasta la entrada del tempo dónde se le hace bailar mientras entonan la canción "Ara balla el pi" ("Ahora baila el pino"). A mediodía es cuando se procede a entrar el pino dentro de la iglesia, es en ese momento en el que se ha producido la explosión pirotécnica.
Una vez introducido, se coloca el pino boca abajo en el altar mayor junto con cinco manojos de manzanas y barquillos atados al ramaje. El árbol permanece ahí colocado hasta el Día de Reyes cuando el pino se baja y sus ramas se convierten en ramos que, según la tradición, son amuletos de la buena suerte, como también lo son las manzanas, de las que se dice que curan el dolor de garganta. A cada persona del municipio se le entrega un ramo.