Okupas
En los últimos días la policía ha identificado a 56 personas y ha detenido a 29 por estar en situación irregular.
Pese a los operativos policiales, repetidos con relativa frecuencia, decenas de okupas continúan instalados en el antiguo instituto del Barrio de Martutene de San Sebastián, País Vasco.
Su presencia inquieta a los vecinos. Una mujer nos comenta que los okupas se suelen acercar a la estación de tren y que muchas personas tienen miedo cuando se tiene que acercar por allí. Otra señora nos dice que se escuchan gritos constantes y que es horrible. Cuando preguntamos a un vecino nos habla de las constantes peleas que se dan entre los propios okupas. Haciendo referencia a que suelen fumar, beber y drogarse.
A primera hora de la tarde, se nos acerca Mumu, uno de los okupas llegado del Norte de África. Reconoce que en ocasiones se dan peleas. Algo normal, asegura, si tenemos en cuenta que en el interior del inmueble hay más de treinta personas. En cualquier caso, limita el número de trifulcas a una al Mes.
Esta misma semana, los bomberos tenían que apagar un pequeño incendio originado en el interior del edificio. Mumu nos explica que el origen del mismo estuvo en un cigarro que prendió en uno de los colchones.
Los okupas viven entre heces, orines, ratas y escombros. De ahí que Mumu aproveche nuestra presencia para pedir mejoras en la habitabilidad del edificio. Nos dice que la gente que vive allí sufre. No tenemos agua, no tenemos electricidad, no tenemos ni baño ni ducha, asegura, y pide, por favor, una ayuda y una solución a una situación tan insalubre.
Por su parte, los vecinos de Martutene reclaman que se dé un nuevo uso al antiguo instituto. Maite Barrón, miembro de la Asociación de Vecinos, desea que ese edificio vuelva a formar parte del barrio. Pide que sea rehabilitado para que pueda utilizarse en beneficio de todos. Solo así creen que se pondrá fin a los problemas que conlleva su abandono.
Precisamente algo parecido ocurre en una conocida y tranquila calle de Valencia desde hace meses, hablamos de la calle Yecla. Los residentes de esta zona han tenido que lidiar con la presencia constante de okupas ilegales que han generado una serie de problemas muy preocupantes para la comunidad local. Algunos vecinos aseguran que la zona se ha convertido en una constante fuente de disturbios, consumen drogas a plena luz del día y alteran la paz de la calle con gritos y comportamientos inapropiados.
Según los informes obtenidos, los okupas ilegales tomaron posesión de un local comercial situado en el bajo de un piso que formaba parte de un conjunto de propiedades pertenecientes a un fondo buitre, y lo convirtieron, tal y como sospechan los vecinos, en un narcopiso. Lo que complicó aún más la situación y la acción legal para su posible desalojo. Muchos okupas siguen creando problemas a lo largo del territorio nacional y cada vez es más difícil echarles de las casas debido a que no son pocos los que se acogen a su "vulnerabilidad".
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