Galicia
Natalia Freire pidió una ración de almejas a la marinera y su asombro fue mayúsculo cuando, después de comerse la primera, encontró algo duro y redondo: ¡una perla morada!
Diecinueve euros es lo que cuesta una ración de almejas a la marinera en el restaurante Casa Sampedro, en Muros. Es el plato que pidió este fin de semana Natalia Freire. Sin embargo, a ella, en lugar de pagar le podría dar unos miles de euros.
Natalia, que además trabaja en este establecimiento, encontró, mientras cenaba, una perla. “Tenía antojo de almejas a la marinera, así que al terminar mi turno decidí pedir una ración para mí sola. Eché mano a la primera almeja y, al meterla en la boca, noté algo duro y redondo. Lo saqué sin saber lo que era, lo dejé en la barra y seguí comiendo”, relata Natalia. Fue al terminar su plato cuando decidió buscar en internet qué era lo que había encontrado.
“Es la primera vez en mi vida que veo esto. Ni si quiera sabía que podía haber perlas en las almejas, pensaba que solo se encontraban en las ostras”, nos cuenta Javier García, propietario de Casa Sampedro.
Al consultar en internet descubrieron que, efectivamente, las almejas pueden producir estas apreciadas bolas nacaradas en su interior, como las ostras. Un proceso que puede tardar hasta 10 años. De ahí su valor.
La chica de la perla
“Natalia sacó de la boca una perla morada muy bonita, por cierto, que tiene guardada en una cajita”, señala Javier. Y ella, la chica de la perla, nos anuncia que su intención es venderla. “Es una perla morada, muy pequeñita y brillante, unas características muy raras que, según dicen, aumenta su valor”, comenta Natalia.
Un hallazgo casual que 'le viene de perlas' al restaurante, “porque ya se ha convertido en un reclamo, mucha gente viene preguntando por esto”, dice Javier. Y también a Natalia, que a la espera de una valoración profesional, podría recibir más de 4000 euros por esta joya natural.