Pantano de Proserpina
Un hombre de 39 años desapareció en el embalse de Proserpina, en Mérida, tras lanzarse al agua desde un hidropatín. Su mujer y su hija dieron la voz de alarma al ver que no salía a la superficie.
Los buzos de los grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil de Extremadura y Madrid han hallado este martes el cuerpo del hombre de 39 años desaparecido en el pantano de Proserpina (Mérida) desde el pasado sábado día 31. Fuentes de la Cruz Roja han confirmado a Efe el hallazgo del cadáver de este militar, que pertenecía al Batallón de Zapadores de la Brigada Extremadura XI y estaba especializado en actividades subacuáticas.
La Policía Judicial se ha hecho cargo del caso y ya investiga qué le pudo ocurrir al hombre para desaparecer tras lanzarse al agua por el tobogán de un hidropatín en la zona central del embalse. En el momento del suceso estaban con él su mujer y su hija, que dieron la voz de alarma al ver que el varón no salía a la superficie.
Una vez que los socorristas de Cruz Roja en el embalse no consiguieron, en los primeros momentos, localizar al hombre, se dio aviso de su desaparición al Centro de Urgencias y Emergencias, que movilizó un equipo de búsqueda que se ha ido ampliando día a día al ver las dificultades para culminar la operación.
"Metro y medio de lodo"
Un dispositivo formado por 50 personas de los GEAS de la Guardia Civil, efectivos de la Cruz Roja, integrantes del Batallón de Zapadores de la Brigada Extremadura XI, bomberos y miembros de la Asociación de Rescate Subacuático y coordinados por la Policía Nacional han llevado a cabo la búsqueda durante toda la jornada.
El rescate ha entrañado una gran dificultad por la "nula visibilidad" que los buceadores tenían en ese punto concreto del pantano de Proserpina por la presencia de metro y medio de lodo en el fondo, según las citadas fuentes de Cruz Roja. La presencia de esta cantidad de fango ha obligado a rastrear con un gran cuidado para no provocar que el agua se enturbiase más.
El Ayuntamiento de Mérida suspendió el pasado domingo el baño en el lago, un punto recurrente de ocio entre los emeritenses en verano, para no dificultar las labores de búsqueda.