Coronavirus
Josefina Vilas está viviendo las normas de distanciamiento por el coronavirus de una forma más complicada que el resto de sus vecinos de Cangas do Morrazo, en Pontevedra. Al padecer una rinosinusitis alérgica no puede usar mascarilla y a pesar de que tuvo la precaución de solicitar un certificado médico que lo manifiesta, no está siendo fácil que lo tengan en cuenta, sobre todo en los lugares de aglomeración de personas.
Discusión en el mercado
En el mercado de abastos de Cangas, en Pontevedra, ya ha tenido varios enfrentamientos. Le exigen que se ponga mascarilla o pantalla protectora y ella enseña su autorización médica, con poco éxito.
Cuenta que una encargada le dijo que no podía entrar sin mascarilla, se negó por las razones médicas conocidas, y al indicarle entonces que usara una pantalla protectora y guardara la distancia de seguridad ella llamó a la Guardia Civil. Los agentes explicaron a las encargadas del mercado que no podían llamar la atención por esto porque no era de su competencia. En otra ocasión le ofrecieron en el mercado la pantalla, pero ella se negó una vez más a ponérsela.
Otra vez llamada a la Guardia Civil y esta vez con denuncia de por medio. También quiere acudir al alcalde porque se siente una "apestada" y con depresión al ver que la miran cada vez que aparece por el mercado.