Robos
Los dos varones perpetraron alrededor de treinta robos en establecimientos de toda España.
La Guardia Civil ha comunicado la detención de dos hombres -de 35 y 39 años de edad- a los que se le imputan robos en diversas provincias de todo el país. Presuntamente, los dos detenidos escogían los establecimientos en ubicaciones que se encontraban apartadas de los núcleos de población, se centraban en pequeñas localidades con proximidad a vías de comunicación para poder huir fácilmente.
Según se ha podido comprobar, se desplazaban siempre en el mismo vehículo: un automóvil que pertenece a uno de los dos varones. Este hecho llamó particularmente la atención de los agentes de la Guardia Civil por la falta de precaución de los individuos. Lo habitual en este perfil de delincuentes suele ser emplear coches robados, de terceros, para que no haya una vinculación directa con los autores.
Su 'modus operandi' consistía en aparcar alejados de los establecimientos donde cometerían los robos, llegando a estacionar hasta a cinco kilómetros. A la hora de perpetrar el robo, lo hacían con guantes y el rostro cubierto, vestidos con ropa de trabajo que conseguían en las naves donde también robaban. Cuando la Guardia Civil registró dicho vehículo, encontraron 160 cajetillas de tabaco, más de 4.000 euros en efectivo y herramientas de trabajo profesionales. Material que, supuestamente, obtuvieron en su último robo.
Según fuentes de la Comandancia, la investigación 'Operación Caila' empezó al enlazar cuatro robos con fuerza en bares de las localidades de Baralla y As Nogais, en Lugo. A partir de ahí lograron vincular hasta 28 robos en locales hosteleros, estancos, farmacias, naves industriales y otros establecimientos públicos. Todos ellos cometidos en las provincias de León, Zamora, Toledo, Zaragoza, Valladolid, Ciudad Real, Valencia y Madrid. Justamente fue en la capital donde se produjo la detención, cuando los dos hombres se dirigían a su hogar, donde se halló el botín.
Los investigadores encargaos de tasar dicho botín estiman que el beneficio que obtuvieron de los atracos asciende a más de 36.000 euros. En cuanto a los objetos sustraídos, la Guardia Civil se encargó de comprobar la procedencia de cada uno de ellos y, tras ser reconocidos por sus propietarios, se procedió a su devolución.
Los dos varones, que se encuentran a disposición judicial, llevaban una "vida aparentemente normal", con parejas e hijos. Sin embargo, se ha concluido que estos robos eran su modo de vida y de su familia, ya que no se ha encontrado otra fuente de ingresos.