Tráfico de drogas
El cuerpo policial distribuye un tríptico entre algunas unidades con recomendaciones para la posible manipulación de fentanilo.
"ADVERTENCIA: El fentanilo es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más que la morfina. El equivalente a 2 miligramos de fentanilo, equivalente a 2 gramos de sal, puede constituir una dosis letal". Es el aviso que incluye un tríptico que la Guardia Civil ha distribuido entre algunas de sus unidades, las más expuestas a encontrarse con un posible alijo de esta droga. Y menciona los dos errores más frecuentes que pueden acarrear graves consecuencias en sus agentes: oler el paquete o la sustancia concreta y manipular la sustancia sin la protección adecuada.
La Fuerzas de Seguridad del Estado llevan meses intentando rebajar la expectación mediática: no se ha detectado aún alijo alguno de fentanilo en España, repiten cada vez que se les pregunta. Pero la Unidad Técnica de Policial Judicial de la Guardia Civil ha optado por la prevención. Y en su tríptico describe seis entornos operacionales de riesgo. Por si acaso.
Uno de ellos son los registros corporales, los cacheos a cualquier persona. Debe utilizarse "protección respiratoria, ocular y dérmica; mantener la distancia de seguridad y hacer el registro de forma lenta y sin aspavientos", recomiendan en estas situaciones.
En el caso de los registros de vehículos, los agentes deben estar especialmente atentos a la presencia de polvo y, "ante la duda, utilizar EPIS", los equipos de protección individual tan habituales durante la pandemia. El folleto recomienda abrir las ventanas del coche y ventilar y "evitar colocarse bajo componentes estructurales para su manipulación".
Un tercer entorno de riesgo es el registro de bolsas y maletas, algo que puede ser habitual en los aeropuertos. "Realizar el registro de forma lenta y sin aspavientos, intentando realizarlo capa a capa, sin manipulación brusca", así como evitar las corrientes de aire. Recomendaciones similares también en el control de paquetería. En estos casos se añade que "ante la sospecha de presencia fentanilo, utilizar instalaciones aisladas".
Los espacios confinados y los laboratorios clandestinos son otros entornos de riesgo. En estas situaciones los agentes deben prever la ventilación adecuada, utilizar EPIS o, al menos, mascarillas. Y realizar los registros cuando esos laboratorios estén desocupados y, a ser posible, "con personal con conocimiento de química". En caso de encontrarse sustancias sospechosas, hay que "sellar y etiquetar los antes posible las muestras recogidas", señala el tríptico de la Guardia Civil.
El fentanilo es un potente opioide sintético utilizado en medicina como analgésico. Mucho más potente que la morfina, obtiene efectos similares con dosis mucho más bajas. Y es utilizado en el tratamiento de determinadas enfermedades graves, como el cáncer. En los servicios de Urgencias de los hospitales en España ya han detectado pacientes que acuden pidiendo específicamente fentanilo para aliviar determinados dolores.
Hace unas semanas la Policía detuvo a una mujer a la que acusaba de haber falsificado recetas médicas en ciudades como Logroño, Soria o Pamplona para conseguir 10.000 pastillas de un medicamente que contiene esa sustancia. La nota policial señalaba que era para su propio consumo.
Aunque Policía Nacional y Guardia Civil aún no se han encontrado con esta droga en ninguna operación, el riesgo de toparse con pequeñas cantidades en decomisos de otras sustancias existe. Por eso, en el tríptico se informa a los agentes que "la exposición por inhalación representa un riesgo alto si la sustancia se encuentra en forma de partículas respirables". La exposición óculo-facial a través de las membranas y mucosas del ojo es otro posible riesgo, así como la absorción dérmica, porque "el fentanilo y sus análogos tienen la capacidad de atravesar la piel", añade el documento siguiendo las directrices de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga (UNODC).
El fentanilo es el responsable de una descomunal crisis sanitaria que vive actualmente Estados Unidos. Los muertos se cuentan por decenas de miles cada año y la presencia de personas adictas en las calles de las grandes ciudades con un comportamiento 'zombie', entre dormidos y ausentes, es habitual.
Es una droga muy barata que puede tomarse en pastillas, inhalarse o inyectarse. Muchos de los adictos aseguran haberse enganchado después de tratamientos médicos.
Y ¿qué hacer en caso de intoxicación accidental? El tríptico de la Guardia Civil recomienda administrar naloxona, un antagonista de los opioides, despejar las vías respiratorias y suministrar respiración artificial. En caso de contacto directo con la piel, los agentes deben lavar con abundante agua y, posteriormente, con agua y jabón, y "no usar gel hidroalcohólico, desinfectante ni soluciones que contengan alcohol o lejía".
Para descontaminar prendas y uniformes, debe evitarse mezclarlo con otros tipos de ropa y lavarlas con "agentes de limpieza oxidativos a base de hipoclorito, como detergentes en polvo, quitamanchas o de acción oxidante", puede leerse en la publicación. El mensaje de su contraportada es muy claro: "Puede ser mortal hasta en pequeñas dosis". Un riesgo al que, de momento, ningún agente se ha visto expuesto.