Greenpeace
Los activistas han bloqueado la entrada de un buque cargado con 138.000 metros cúbicos de gas licuado para exigir el fin de los combustibles fósiles.
Un grupo de activistas de Greenpeace ha bloqueado la entrada del buque gasero 'Merchant' en el Puerto de Sagunto (Valencia) como señal de protesta para pedir el fin de los combustibles fósiles. A bordo del barco 'Esperanza', los participantes se han anclado junto a la planta de regasificación de Enagás.
Greenpeace ha explicado en un comunicado que han accedido al puerto de la planta regasificadora de Enagás en Sagunto (Valencia) para "impedir la entrada del buque gasero 'Merchant' que proviene de Estados Unidos, cargado de gas de fracking".
Los activistas han protagonizado esta protesta para exigir a Enagás (operadora de la red de gas) y a las empresas energéticas el fin del gas fósil, "también llamado con el eufemismo de gas 'natural'". Personas de 18 nacionalidades distintas han participado en la acción, portando pancartas con los mensajes 'El gas no es el futuro' y 'NO + GAS' en español y en inglés.
Así han bloqueado el puerto de Sagunto
La organización se ha aproximado al buque 'Merchant' a bordo de zódiacs. Según Greenpeace, este barco porta un cargamento de 138.000 metros cúbicos de gas licuado, "como 41 piscinas olímpicas".
Se han acercado al buque para pintar en su costado el mensaje 'NO + GAS', mientras un escalador se ha encaramado al ancla del barco para ejercer una resistencia pasiva.
Protesta también por la crisis de los precios
Greenpeace ha pedido también al Consejo Europeo extraordinario de Energía que aborde la escalada de los precios desde la raíz del problema, es decir, la dependencia que existe del gas. La organización considera que los Gobiernos "deben aplicar medidas urgentes para proteger a las personas vulnerables afectadas por las subidas de los precios de la energía causadas por la volatilidad del gas, y acelerar la eliminación de todos los combustibles fósiles, incluido el gas, para evitar futuros riesgos".
"Ya se están viviendo las consecuencias de esta crisis, tanto en la economía global, como en la nacional, afectando a toda la población por los continuos récords de subida de precios en la factura eléctrica", advierte Greenpeace.
"A esta crisis de precios se le suma la grave emergencia climática. En concreto, de media, la planta de Sagunto es responsable de unas 4,5 millones de toneladas de emisiones directas anuales de CO2 (las mismas emisiones que casi 1.400.000 coches durante un año)", apunta.
"El primer paso para que haya una transición que sea ordenada y justa con las personas es que los fondos de recuperación no se queden en manos de las grandes corporaciones que nos han traído a esta emergencia climática. El gas tiene que parar. Un gobierno y unas empresas que quieran demostrar su compromiso en la lucha contra el cambio climático lo primero que tienen que hacer es poner fecha de caducidad a todos los combustibles fósiles", declara el responsable de la campaña de gas de Greenpeace, Francisco del Pozo.