EL CUCHILLO MEDÍA 19 CENTÍMETROS
Los magistrados encargados del caso, atribuyen al hombre acusado de intentar asesinar a su mujer con la que comparte dos hijos, un delito de asesinato en grado de tentativa con la circunstancia agravante de parentesco y otro delito de amenazas leves de género, por los que se le impone además de la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de su víctima por un periodo de doce años, dos años de privación del derecho a la tenencia y porte de armas, así como el pago de una indemnización de 14.000 euros para su mujer.
En las discusiones que mantenía la pareja, a las que pudieron acceder gracias a que muchas de las conversaciones fueron grabadas por la mujer, le decía que "su vida no iba a ser un camino de rosas", "que como le pusiera la mano encima ya no se levantaría más", "que por las malas podía hacerle mucho daño", o que "un tsunami no era nada para lo que podía pasar".
Los hechos tuvieron lugar el sábado 25 de mayo de 2013, cuando la mujer se desplazaba con sus hijos al domicilio de sus padres en Moraleda de Zafayona, en Granada, en busca de la compañía de estos. Al día siguiente, el acusado se presentó allí, tocó el timbre hasta que le abrieron la puerta y recorrió la casa de arriba abajo "registrando y buscando no se sabe qué" con el "único propósito de comprobar si la mujer estaba en su dormitorio como así era en efecto".
Tras lo ocurrido, la mujer acompañada por su padre, se dirigieron a la Guardia Civil de Atarfe para presentar una denuncia en la que resumía todo lo que estaba sucediendo y narraba también cómo el denunciado le había quitado su teléfono móvil para indagar con quién se relacionaba.
Cuando al mediodía la mujer y su padre acudieron al domicilio de Atarfe para recoger unas cosas, confiando en que el procesado no estuviera allí, se encontraron al marido y "les obligó a abandonar la casa". Entonces fue cuandollamaron a la Guardia Civil, que acudió de inmediato, y se llevó en el coche al acusado.
Sin embargo la tragedia no quedó ahí. Sobre las 22,45 horas de ese mismo día, la mujer regresó del trabajo a su domicilio en Atarfe, cuando en ese mismo momento, el encausado, "que se encontraba agazapado tras un vehículo provisto de un cuchillo de cocina con una hoja de 19 centímetros de longitud", la abordó por detrás y le lanzó dos golpes de cuchillo al tiempo que la arrojaba al suelo y se colocaba sobre ella "para seguir apuñalándola".
La mujer afortunadamente logró revolverse y empujar al procesado con las piernas para apartarlo de ella, aunque el marido le lanzó aún tres golpes más mientras intentaba liberarse de él "escabulléndose entre los coches allí estacionados".
Tras los ruidos, los vecinos salieron alertados para ver qué es lo que estaba ocurriendo en la calle y el hombre aprovechó el momento para huir. Se ocultó en una calle paralela en el jardín de acceso al edificio dejando el cuchillo que aún llevaba consigo semioculto en una papelera próxima.
La esposa, que se había refugiado en la casa del vecino que salió en su ayuda, recibió allí la primera asistencia que le dispensaron sanitarias que vivían en la zona, y rápidamente fue trasladada de urgencia al Hospital de Traumatología de Granada, donde le detectaron varias heridas incisas en tronco y brazos que, aunque no las consideraron de extrema gravedad al no haber penetrado la cavidad torácica ni la cavidad abdominal, "en otro caso habrían puesto en peligro la vida de la lesionada", a la que le han quedado como secuelas cicatrices con un perjuicio estético ligero y un trastorno por estrés postraumático.
El examen médico forense y psicosocial practicado al inculpado evidencia en éste un "sentimiento de humillación ante el distanciamiento impuesto por su mujer" y un "discurso reiterativo que atribuye a su esposa toda la carga negativa de los acontecimientos".
En el juicio celebrado el pasado mes de junio, el procesado afirmó que él no tenía intención de matarla, tan sólo quería hacerle unos "cortes" para "darle un susto". Sin embargo el tribunal considera que "tan dramática escena no se corresponde en modo alguno con el simple propósito de asustar a la ofendida, sino de acometerla hasta la saciedad con un arma letal".