El psiquiatra Miguel Álvarez: “La gente se siente más libre o en mejor disposición para pedir ayuda”

El número de patologías relacionadas con la salud mental está aumentando pero sobre todo está ganando también una mayor visibilidad ya que “la gente se siente más libre o en mejor disposición para pedir ayuda”.

En esta línea, es importante resaltar la labor de los teléfonos de ayuda como medidas preventivas, algo que ha calificado como “tremendamente útil" y que se ha visto efectivo con otras enfermedades como el cáncer ya que ayuda mucho a los pacientes “que se sienten mucho más respaldados”.

Asimismo, De Mon cree que también está ayudando mucho a evitar los suicidios, que había aumentado en las últimas décadas, siendo uno de los principales motivos de fallecimiento en jóvenes de entre 15 y 30 años en España.

De esta forma, algunos de los principales motivos que afectan a los jóvenes es la “soledad no deseada”, es decir, “sentir que no tienes personas de tu confianza a las que poder confiar un problema o pedir ayuda”.

En este sentido, algunas de las señales de alarma pueden ser el encontrar a una persona más “retraída” de lo habitual o también comentarios “que no que tomárselos a broma” y que están relacionados con la intención de quitarse la vida o la pérdida de ganas por vivir.

Por otro lado, señala que en años atrás había un mayor estigma social y que por lo tanto “las personas que tenían un problema de esta naturaleza se podían sentir débiles o incluso culpables por ello”.

Para concluir, el doctor se muestra optimista ya que aunque asegura que “queda mucho por hacer” también reconoce que la situación “ha mejorado mucho” con respecto a la visibilidad de la salud mental en la sociedad.

La psicosis sigue teniendo mucho estigma

No obstante, cabe destacar que esta evolución no se da de la misma manera en todas las patologías mentales y que por ejemplo la psicosis es una enfermedad que sí que sigue teniendo mucho estigma.

“La gente tiende a creer en la calle que las personas con problemas psicóticos son peligrosas cuando en realidad es todo lo contrario, suelen recibir violencia ellos”, más que la que pueden ejercer sobre otros, apunta De Mon.