Caza
La Xunta ha declarado la emergencia cinegética en 248 municipios por lo que desde el sábado se permite capturar a estos animales.
El anuncio de la declaración extraordinaria de emergencia cinegética para controlar la población de jabalíes en el 80% del territorio gallego llegó por parte de la directora general de Patrimonio Natural, Belén do Campo, que ha autorizado a la caza "sin límites" de estos animales en hasta 248 municipios de la comunidad.
Será desde este sábado, y hasta el próximo 25 de febrero del año siguiente, fecha en la que concluye la temporada ordinaria de caza de esta especie, el período que abarca la captura de los jabalíes debido a que "la especie está generando situaciones peligrosas o perjudiciales para la agricultura, ganadería o para las personas", explicó Do Campo.
Se permite abatir o cazar a los ejemplares de ambos sexos, aunque se priorizan las hembras para evitar que puedan procrear. Además, se autoriza el uso de visores ópticos de aumento para la caza, de detectores electrónicos de presencia del animal y cebos. En zonas urbanas o semiurbanas se utilizarán las jaulas y se autorizan "vigilancias nocturnas y diurnas".
Esta medida se ha tomado después de que los avisos por daños a cultivos agrícolas hayan superado los 4.048 en la temporada 2022-2023, lo que significa unas 900 más que en la anterior, además, se han contabilizado numerosas presencias de jabalíes en zonas de explotaciones porcinas, con el riesgo potencial de transmisión de la peste porcina africana, y los accidentes de tráfico que han generado estos animales. "Hay que contener la población del jabalí, es prioridad".
Desde el Gobierno gallego se han destinado unos 10 millones de euros en los últimos ocho años en medidas de prevención y daños. Y, los sindicatos agrarios, estiman que las pérdidas causadas por los jabalíes en el campo son de más de 12 millones.
Por esto, 248 municipios tienen desde el sábado vía libre para la caza de los jabalíes, a los que ya es habitual ver en zonas urbanas, campando a sus anchas en busca de comida, y atemorizando a los viandantes. La provincia más afectada es la de A Coruña pero ya se extienden por todo el territorio gallego.