Solidaridad
La institución hará que su sueño se cumpla mediante una iniciativa en homenaje al mago Juan Tamariz.
En los cumpleaños los niños siempre soplan las velas cargados de emoción. Una iniciativa solidaria quiere que ese acto -el de pedir un deseo- llegue a todos los pequeños. También a los que están recuperándose de una enfermedad desde sus casas. La Fundación Pequeño Deseo les acerca una ilusión aún mayor gracias a su vela mágica: la 'Vela de Doble Deseo'.
Caras conocidas como Jandro o Ana Tamariz, hija del homenajeado, fueron las encargadas de aportar la magia a esta iniciativa en el día en el que la escuela de Juan Tamariz cumple 35 años. No fueron los únicos: Jorge Blass, Yunke e Inés la Maga también acudieron al evento.
"La diferencia entre estar vivo o muerto no es respirar, es tener ilusión"
La chef Samantha-Vallejo Nágera y Mario Sandoval fueron los encargados de darle forma a la tarta en la que la pequeña Sara soplaba las velas en un día en el que primaba la emoción. "La diferencia entre estar vivo o muerto no es respirar, es tener ilusión". Con esas palabras, el mago Jandro resaltaba la magia de la iniciativa 'Vela de Doble Deseo'.
Cristina Cuadrado, directora de la Fundación, también ha querido resaltar la ilusión de los más pequeños en este evento: "Para los niños que están enfermos es importantísimo no perder la capacidad de soñar". Y eso es lo que han conseguido en esta experiencia.
Fundación Pequeño Deseo lleva en activo desde el año 2000, mejorando el estado de ánimo de los niños y niñas con enfermedades graves, cumpliendo ya más de 6.000 deseos de los más pequeños por toda España. Y continúan haciéndolo ahora, con la nueva iniciativa, de la mano de la empresa Dekora, y bajo el lema "que soplar la vela de cumpleaños sea un instante mágico".
Toda una dosis de ilusión para los niños que están lidiando con una enfermedad, para los que "todo lo que sea aliento, todo lo que sea felicidad, siempre es bien recibido", como afirmaba el cocinero Mario Sandoval en este evento en el que la pequeña Sara ha podido soplar la vela y pedir un deseo que, sin lugar a dudas, se cumplirá.