Medicina
La incapacidad para desarrollar la parte clínica de la medicina, como entrevistar al paciente, ha provocado que la Universidad Complutense de Madrid inicie el proceso de anulación de matrícula.
A los 20 años, María Teodora Dumitra llegó a España desde Rumanía. Su sueño desde pequeña era estudiar Medicina y recibió clases de anatomía en la escuela. Aterrizó en Madrid con la idea de entrar en una de las plazas reservadas para personas con un grado de discapacidad mayor al 33% ua que sufre tetraplejia (también llamada cuadriplejia) desde que nació. España, asegura, tiene más derechos para estas personas en comparación con uno de los países por los que transcurren los Cárpatos.
La Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid fue la elegida para poder cumplir con su vocación y entró sin problema de la mano de la Oficina para la Inclusión de Personas con Diversidad.
Cuando vivía junto a su hermano en un pequeño piso de Ciudad Lineal, logró pasar sin problema los dos primeros cursos con sus adaptaciones correspondientes. El problema, explica, fue a la hora de hacer las prácticas obligatorias que el grado necesita para obtener todos los créditos necesarios para graduarse.
El Hospital 12 de Octubre fue el elegido para desempeñar esta parte clínica de la medicina porque, además, tenía buena conexión para poder ir desde su casa. Sin embargo, tenía barreras físicas ya que el edificio donde hacían las clases no estaba adaptado, no tenían rampas para silla de ruedas en la que tiene que ir.
Tras estos incidentes, la Universidad Complutense de Madrid inicia un proceso para la anulación de matrícula, María no se podrá graduar de Medicina.
Desde la Universidad Complutense de Madrid, recalcan, esto no lo hacen por su situación sino desde una visión racional. Argumentan que no puede desarrollar la parte más práctica de la medicina al tener un alto grado de discapacidad. Prácticas como puede ser entrevistar al paciente, auscultarle, hacer un examen preliminar para encontrar algún indicio de afecciones o hacer una reanimación cardiopulmonar.
Al no poder adaptar las prácticas porque no existen medios para hacerlo, dicen, no pueden entregarle el título de Medicina porque no superaría esa parte y entraría en un bucle dentro del grado. Además comentan que es de "sentido común" esta decisión a la hora de pensar en un futuro profesional.
Ante esta situación, y las correspondientes reclamaciones de María Teodora, las últimas noticias que recibió era la confirmación por parte de la Facultad de ir hasta el final en este aspecto y anular su matrícula. Sin otras soluciones planteadas, María recurrirá a la vía judicial para poder seguir con su sueño adelante.
De momento, la Fiscalía tiene abierto un expediente de seguimiento del caso según fuentes cercanas pero podría acudir al contencioso administrativo.
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