Agresiones sexuales
La acción de calle sirve para presentar la campaña que desarrollará la Diputación de Bizkaia durante el verano con un autobús informativo.
Esta mañana, los turistas paseaban en el entorno del Museo Guggenheim ajenos a lo que estaba a punto de ocurrir. A las doce del mediodía dos artistas callejeras comenzaban a entonar el tema “Respect” de Aretha Franklin. Inmediatamente, decenas de jóvenes se sumaban bailando al ritmo de la música. A este espectáculo, además, también se sumaban dos bandas de música desde dos laterales. De esta forma, las cámaras de los visitantes dejaban de apuntar a la espectacular estructura del museo para centrarse en la flashmob que tenían delante.
Esta acción de calle, organizada por la Diputación de Bizkaia, sirve para lanzar su campaña contra las agresiones sexistas en entornos festivos y de ocio. Esta se desarrollará los Meses de Verano bajo el lema "Vigilantes de la Jaia: buscamos aliados para fiestas igualitarias, libres, alegres, respetuosas y divertidas".
Teresa Laespada, la Teniente de Diputada General y Diputada Foral de Empleo, Cohesión Social e Igualdad, explicaba que "el verano es tiempo de fiesta y que hay que disfrutar con alegría. Una perspectiva que no es igual, sin embargo, para hombres y mujeres". En este sentido, ha realizado un llamamiento para que los chicos jóvenes se impliquen también contra las agresiones sexistas. Invitando a los hombres a ser aliados en el reproche de este tipo de actitudes violentas y acosadoras.
Durante los meses de verano un vehículo recorrerá las localidades en fiestas con un muñeco que representará un flotador de un vigilante de la playa estampado como un pañuelo de fiestas. Desde el mismo se repartirán flyers e información de la campaña a todo el que lo solicite.
Las agresiones sexistas en Bizkaia han aumentado un 45% en dos Años. En 2023 se contabilizaron 325 victimizaciones contra la libertad sexual, aumentando un 18,61% respecto al 2022. Hay que destacar que el 64,61% de estas se produjeron en viernes, sábado o domingo. Y una de cada tres se registró entre las diez de la noche y las dos de la madrugada. Los agresores, el año pasado, tenían en su mayoría entre 30 y 49 años mientras que las víctimas no pasaban de los 21 años mayoritariamente.
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