Barcelona
Los progenitores están acusados de un presunto delito contra la integridad moral, maltrato y lesiones leves.
La Fiscalía de Delitos de Odio pide condenar a un matrimonio de Terrassa (Barcelona) por presuntamente maltratar a su hijo por su orientación sexual. Para el padre solicitan dos años y cuatro meses de cárcel, mientras que para la madre demandan un año y medio.
También reclaman una multa de 1.350 euros para el hombre, una indemnización de 2.700 euros para el joven y una orden de alejamiento de un año.
El fiscal, que considera que el matrimonio es "estricto practicante" del culto evangélico, comunidad religiosa de la que el hombre es pastor, detalla que durante meses ambos progenitores empezaron a acudir de manera insistente al instituto de su hijo para intentar que renunciase a su homosexualidad.
No aceptaron su homosexualidad
En una ocasión, de acuerdo al escrito que recoge la Fiscalía, el hombre vio a su hijo con su pareja en un autobús. De forma inmediata se acercó a la ventanilla, la golpeó y les gritó: "Qué asco, qué asco".
Otra vez el joven, que se había ido de casa, quedó con sus padres para recuperar su documentación. Al encuentro acudió con su novio y ambos fueron recibidos con expresiones ofensivas. Lo peor fue cuando el chico intentó coger el pasaporte. En ese momento el padre lo golpeó para evitarlo y cogió del cuello al novio.
El juicio está previsto para el lunes 28 de noviembre en la Audiencia de Barcelona y el escrito de acusación atribuye a los progenitores un presunto delito contra la integridad moral, maltrato y lesiones leves.
Agredido por ser gay
El pasado año la Policía Nacional detuvo a un padre y a su hijo de 14 años por presuntamente agredir e insultar al hijo mayor, de 17. Los hechos ocurrieron en Palma y los agentes consideraron que el motivo del ataque tenía un cariz homófobo, puesto que la víctima era gay.
En el último año las denuncias por delitos de odio relacionados con la discriminación por razones de sexo, orientación sexual e identidad de género han experimentado un incremento. El último informe del Ministerio de Interior ha confirmado la "tendencia alcista" en España de este tipo de agresiones.