Opinión
Esther Vaquero, presentadora de Noticias 2, pone sobre la mesa uno de los problemas que han aflorado tras acabar con la obligatoriedad de las mascarillas contra el coronavirus en interiores, el de las personas que se sentían más cómodas con ellas que con la cara descubierta más allá de los motivos de salud.
700 días nos ha costado librarnosde la dichosa mascarilla. Otra cosa es que muchos se resistan a soltarla, por miedo, por costumbre, porque les obliga la empresao por precaución: ha sido muy difícil vivir dos años con la amenaza de que el virus acecha y de cumplir las restricciones. Esperemos que no vuelva.
Caras sin mascarillas
Pero ahora, por fin podemos ver caras completas que casi habíamos olvidado y otras que ni conocíamos. Qué sorprendente ha sido comprobar que muchas no eran como pensábamos.
Hay un estudio que dice que la mascarilla nos hace más guapos, porque la mente de quien completa los espacios vacíos lo hace de forma idealizada. Y esto podía quedarse en una anécdota post pandemia sin más... pero los psiquiatras advierten que las aulas están llenas de adolescentes acostumbrados al escudo de la mascarilla que les protegían no sólo de los contagios; también de las miradas, los complejos y los juicios ajenos que destrozan autoestimas. Qué época tan difícil les ha tocado vivir en una edad tan complicada.