Valencia
Los ladrones vendieron las estatuas en varios centro de recuperación de metales, por lo que la Guardia Civil pudo recuperar un par de ellas.
Albalat de la Ribera sufrió el robo de tres esculturas que decoraban la fuente de la localidad valenciana. Estas tienen un valor económico de 300.000 euros. Por este hecho, la Guardia Civil ha detenido a tres personas.
La investigación comenzó cuando el alcalde de este municipio denunció el hurto de dos de las figuras que el artista Manuel Boix realizó para la fuente pública de Albalat. El valor de estas alcanza también entre 80.000 y 95.000 euros. La tercera estatua fue robada a los pocos días. Los detenidos trataron de robar una cuarta, pero no fueron capaces.
En este último robo utilizaron cinchas, atadas a un vehículo, que colocaban sobre las esculturas para arrancarlas con la tracción del coche. Según ha podido confirmar la Guardia Civil, dos de ellas ya han sido recuperadas, ya que los ladrones las vendieron en varios centros de recuperación de metales.
Vecinos de Santa Marta de Bertola, en el Ayuntamiento pontevedrés de Vilaboa, denuncian el comportamiento de algunos peregrinos que recorren el camino portugués de Santiago. Los residentes han notado un incremento de las actitudes incívicas de los peregrinos que recorren en verano tramos de esta ruta del camino. Esta situación ha llevado a vecinos como Arantxa Madrazo a denunciar estas actitudes ante la Guardia Civil.
Uno de los últimos incidentes ocurrió el pasado fin de semana durante una comida familiar, cuando un grupo de peregrinos, en su mayoría jóvenes de unos 30 años, comenzó a jalearse y uno de ellos acabó entrando sin permiso en la propiedad y lanzándose desnudo a la piscina mientras sus compañeros lo grababan. Este incidente, lejos de ser un hecho aislado, es parte de una tendencia al alza de la cara B del camino: un comportamiento irresponsable y ofensivo con la población de las zonas rurales por donde discurren tramos de la ruta. Así denuncian que roban verduras de sus huertas y que hacen sus necesidades en la puerta de sus casas. Algunos incluso se quedan a dormir en sus fincas sin permiso.
Los vecinos han intentado resolver estos problemas a través de denuncias a las autoridades, pero insisten en que lejos de solucionarse, la situación empeora cada verano. La Xunta de Galicia, consciente del incremento de estas incidencias, ha asignado patrullas específicas para atender los problemas relacionados con el Camino de Santiago en la zona. Sin embargo, a pesar de estas medidas, el malestar con los peregrinos persiste entre los residentes.
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