Volcán de La Palma
Gracias al uso de este aparato, no solo llegan imágenes espectaculares del recorrido de la lava del Cumbre Vieja, sino que el trabajo de los científicos es mucho menos peligroso y de mejor calidad porque pueden acercarse mucho más.
La imagen que puedes ver en el vídeo de esta noticia está grabada por un dron. Nos muestra el camino de la enorme colada de lava hacia el acantilado de la playa de los Guirres en La Palma. Al llegar allí, se precipita como una enorme cascada en dirección al mar. Son 100 metros de caída libre hasta el delta que ha generado el magma del Cumbre Vieja y este espectacular recorrido podemos verlo gracias a los drones que utilizan los científicos para estudiar, entre otras cuestiones, la evolución de la erupción volcánica de La Palma de 2021.
Este delta, de hecho, supera ya las 32 hectáreas y, tras la rotura de una parte del cono del volcán -concretamente la parte norte-, seguirá crecido. La fisura ha provocado que el magma salga en mayor cantidad y su fluidez ha hecho que llegue antes hasta el océano. Por ese motivo, esa fajana- el pequeño islote que se está formando por la caída de la lava- no para de crecer y sigue ganando terreno al mar.
El Cumbre Vieja desde cualquier perspectiva
Tras la ruptura del cono, el caudal de lava que se dirige hacia el océano es mayor. La fajana se está alimentando actualmente de cuatro ríos de lava. En tan solo cinco días ya mide más de 320.000 metros cuadrados y tiene más de 35 metros sobre el nivel del mar. Las imágenes aéreas son espectaculares y dame una idea muy clara de lo que se vive actualmente en la isla de La Palma.
"Gracias a estos aparatos, donde antes había un científico jugándose la vida, ahora nosotros podemos trabajar a un kilómetro sin correr peligro", explica Mario Hernández, del Instituto Geológico Minero (IGME). Además, a parte de reducir los riesgos y dar más tranquilidad a los expertos, también ayuda a mejorar la calidad de las investigaciones.
Los drones soportan los rugidos del volcán
Gracias a los drones se puede ver la evolución de la erupción desde diferentes perspectivas. De frente, desde arriba, más cerca, más lejos...a cada una, más llamativa. Pilotan con cautela pero es inevitable, hay que acercarse al máximo para dar con más resultados. Por ese motivo, los motores llegan llenos de ceniza y las aspas dañadas.
No obstante, sus pilotos aseguran que "hemos tenido heridos, pero no bajas" (refiriéndose a los drones) porque, aunque a diario hay que revisarlos, aguantan temperaturas extremas para cumplir con su misión: monitorizar la vida del volcán.